La boda de Carla y Pablo en Vigo, Pontevedra
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C&P
11 May, 2013El día de nuestra boda
Me levanté el sábado super temprano, pues no había dormido nada con los nervios (4 horas), desayuné y fui a buscar el ramo y los pétalos a la floristería, puesto que ¡aún no sabía cómo era!
Llegué a la floristería y al ver el ramo casi me pongo a llorar de emoción pero conseguí contenerme.
Después fui a la peluquería media hora antes de la hora que tenía la cita. Había otra boda y tardaron como hora y pico en atenderme. Ya os podéis imaginar, estaba atacada de los nervios...
Tras salir de la peluquería a eso de las tres tuve que ir a coger el coche e ir a buscar a mi hermana, a mi madre y a una amiga que había venido de otra ciudad y nos fuimos todas directas para el pazo donde se celebraría la boda, puesto que me iba a vestir allí, en la suite que nos tenían reservada.
Hasta aquí yo ya estaba bastante tranquila, pero fue empezar a vestirme y... uf atacada, además mi madre estaba super nerviosa y me ponía a mí peor. Empezó a entrar gente en la habitación, mi padre, su pareja, la pareja de mi madre…. De pronto llegó la fotógrafa con su ayudante para hacerme las fotos en la habitación, y Dios no sabéis como lo agradecí, le dije que por favor me echase a toda la gente fuera, que me estaban poniendo fatal.
Seguir leyendo »Tras hacer las fotos, los nervios cada vez iban a peor ¡el momento se acercaba! De pronto, momento de desesperación, las chicas del pazo me decían que la boda era a las 18:30, cuando habíamos hablado meses antes de que sería a las 18h. Todos los invitados esperando, primera metedura de pata…
A partir de aquí todo fue bien (dentro de mi nube, pues días más tarde me enteré que la organización de la ceremonia no fue muy buena, puesto que no le dijeron a los invitados dónde tenían que sentarse, ni dónde estaban los pétalos etc.) Vino a buscarme mi padre y bajamos las escaleras (yo salía de la habitación). Iba bajando las escaleras y me temblaban las piernas, pensé que me iba a caer. A partir de aquí ya no me pude contener, fue ver a mi novio esperándome y venga a llorar, ¡¡¡empecé a llorar antes de pisar la alfombra!!!
La ceremonia fue muy emotiva, fue civil, pero muy bonita, nos leímos los votos el uno al otro y venga a llorar.
Al finalizar soltamos unos globos (no tengo las fotos aún) por las personas que ya no se encontraban entre nosotros y otra vez a llorar, me pasé toda la ceremonia llorando, ¡anda que saldré bien en las fotos…!
Por cierto, el arco de la ceremonia con las flores fue una sorpresa regalo de mi madre, yo no sabía nada y al salir con mi padre lo vi. Primera sorpresa.
Tras la ceremonia yo ya estaba perfecta, sin nervios ni nada, todo el mundo nos felicitaba, a todos les encantó la ceremonia, pero mi ya marido no lo veía tranquilo y no entendía por qué, yo le decía: “tranquilo que ya pasó todo ahora solo toca divertirse y nada más”, pero no estaba como siempre, yo no entendía por qué seguía tan nervioso.
Los invitados fueron pasando a la zona central del pazo para el aperitivo, mientras nosotros esperábamos dentro del pazo. Una vez estaban todos nos hicieron pasar y fue un momento muy especial, el ser el centro de atención no se vive todos los días.
Los aperitivos estuvieron genial, hablamos con todos los invitados, nos hicimos millones de fotos, comimos canapés, dio tiempo a todo.
Tras el aperitivo entramos al salón con la canción de “Alegría”, bailando, fue genial.
Durante la cena yo no podía estar quieta, veía que la cosa estaba un poco parada, entonces cogí las riendas, me levanté y empecé a ir mesa tras mesa saludando y hablando con la gente. Mi marido conmigo claro, os podéis imaginar que no comimos nada, pero yo creo que eso le gustó a los invitados, pues los hicimos partícipes de todo en todo momento.
Al finalizar la cena cortamos la tarta y le entregamos los novios a su hermano y la novia. Después dimos unos ramos a nuestras madres que se emocionaron mucho, y mi ramo se lo di a mi hermana, pues quería que lo tuviese ella. Fui por todas las mesas haciendo que se lo iba a dar a alguien hasta que llegué a ella y se lo di. Fue un momento super emotivo, fue con la canción de Paula Rojo, la que le dedicó a su hermanito, y yo como le llevo 9 años a ella y la vi crecer me parecía muy apropiado.
Por cierto, otra vez a llorar y eso que no soy una persona llorona, pero ese día abrí la caja de pandora.
Empezó el baile y todo genial, nos salieron bien los pasos que habíamos preparado y que solo habíamos ensayado una vez.
De pronto empieza a sonar una canción flamenca, y me extrañó mucho puesto que le habíamos dicho al DJ que no nos gustaba esa música y resulta que eran la prima de mi marido y su novio (que son bailarines profesionales) que nos regalaron un pedazo baile. Fue la segunda sorpresa de la noche.
Y la tercera y mejor sorpresa para mí fue, cuando veo a mi marido con el micro en la mano, me mira y me dice que como no se pudo declarar bien por circunstancias de que estábamos viviendo en ciudades distintas, pues que me dedicaba una canción.
ALUCINÉ. Sin palabras, me cantó una de Moulin Rouge que habla del amor, “Come what may” y a la mitad de la canción, se levanta un amigo nuestro y empiezan a cantar a dúo los 2. ¡Fue increíble, con lo tímido que es él! Por eso estaba tan nervioso durante toda la boda. ¡Ahora lo entendía todo!
Todos los invitados alucinaron, fue una pasada.
En líneas generales fue todo increíble, no lo olvidaré en la vida, y por eso quería compartirlo con vosotras.
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