La boda de Alejandro y Veronica en Chiclana De La Frontera, Cádiz

El día de nuestra boda

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Sonó la alarma a las 6.30 de la mañana. No podía creer que nuestro día estuviera aquí. Mis mejores amigos se escuchaban entre risas en la cocina y el olor a café se podía oler desde el dormitorio. Estaba tranquila pero a la vez un sentimiento difícil de describir. Llegaron las peluqueras y entre risas empezamos a escuchar Beyonce. La familia iba llegando poco a poco (yo había decidido no salir del cuarto hasta que no estuviera preparada para que me viera mi padre). Era curioso escucharlos y no saber cómo estaban siendo esos momentos para todos. Entró mi madre, cuñada y hermano a verme (mientras me preparaban) fue super bonito. Fotógrafos por aquí y cámaras por allí. Llegó el momento de salir y jamás olvidaré la mirada de mi padre entre llantos y alegría. El día más bonito de mi vida. Ese hombre que me había criado, allí ante la mirada de todos, impactado por la belleza de esa niña que ya se había hecho mujer y ahora pasaría a ser esposa y madre. Nos montamos en el coche de caballos y salimos entre los aplausos de los vecinos y lágrimas de todos. Empezó a chispear pero mi alegría podía más que todas aquellas gotitas que refrescaron mis nervios. Fue entonces cuando al bajar del carro de caballos empecé a escuchar 90 minutos de la Niña Pastori y vi la cara de Alejandro (entre lágrimas) y todos los invitados que allí estaban jamás podré olvidar mi día, vals con mi padre, mi baile con los caballos, poder tener a mis 3 abuelos en el día más feliz de mi vida, mis hermanos, mi madre preciosa, mi suegra, etc. Un cuento de hadas que fue realidad, así fue nuestra boda. Gracias a todos.