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Bodas

Datos de interés

En ciudad
Zona ajardinada, terraza
Capilla
Solo hace 1 evento al día
Dispone de alojamiento

Información

The Chapel by Sinsombrero es un restaurante ubicado en pleno centro de Madrid que cuenta con unos espacios increíbles y con un equipo de profesionales que se encargará de que el gran día todo salga a la perfección, cuidando todos los detalles al milímetro. Viviréis una experiencia gastronómica a la altura de una ocasión tan especial.

Espacios y capacidades

Este restaurante dispone de una zona con barra que será ideal para degustar un exquisito cóctel acompañado de los mejores aperitivos. Para celebrar el banquete, el personal de The Chapel by Sinsombrero pondrá a vuestra disposición una increíble sala donde podréis realizar una boda de gran índole.

Servicios que ofrece

En The Chapel by Sinsombrero os brindarán una atención totalmente personalizada y se adaptarán a todas vuestras necesidades y presupuesto para que el gran día todo salga como siempre os habíais imaginado.

Si queréis celebrar un enlace en un espacio elegante y moderno, no dudéis en poneros en contacto con The Chapel by Sinsombrero.

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Más información

¿De qué espacios dispones?

Salones de banquetes
Terraza
Zona ajardinada
Capilla
Zona de baile
Otros

¿Qué servicios ofreces?

Banquete
Ceremonia
Fotografía
Música
Transporte
Decoración
Otros

Localización:

En ciudad

¿Dispones de alojamiento para invitados?

¿Celebras más de un evento al día?

No

¿Qué incluye el menú?

Todo lo que el cliente necesite

¿Es posible alquilar únicamente el espacio, sin el servicio de restauración?

No

¿Dispones de catering/cocina propia?

Ambos

¿Qué tipo de cocina sirves?

De mercado
Tradicional, típica regional
Otros

¿Es posible adaptar o modificar los menús?

¿Dispones de menús especiales?

Vegetarianos
Veganos
Diabéticos
Hipertensos
Celíacos
Otros

¿Sirves también la tarta de boda?

¿Puedo llevar mi propia tarta de boda? ¿Tiene algún recargo?

TB

¿Cómo funciona la barra libre?

Va incluida en el menú
Pago por consumición
Cantidad fija por persona sin límite (Tickets de consumición)
Cantidad fija por persona con límite (Tickets de consumición)
Cantidad total fija (con límite de hora)
Cantidad total fija (sin límite de hora)

¿Tienes límite de hora en las celebraciones?

Exclusividad fotógrafo:

No

Exclusividad música:

Exclusividad catering:

¿Existe algún pago fijo por el lugar?

No

¿Cuál es el recargo en caso de no llegar al mínimo de invitados?

Mínimo de 50 personas

¿Cómo se efectúa el pago?

Según condiciones del evento

¿Dispones de acceso para personas con discapacidad?

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¿Tienes preguntas?

Pide más información
Valoración 2.3 de 5
3 opiniones
  • Calidad del servicio
    Valoración 2.3 de 5
  • Tiempo de respuesta
    Valoración 2.3 de 5
  • Profesionalidad
    Valoración 2.3 de 5
  • Relación calidad/precio
    Valoración 2.3 de 5
  • Flexibilidad
    Valoración 2.3 de 5
33% Las parejas lo recomiendan
Blanca
Blanca Enviado el 10/11/2021
Valoración 1 de 5

Pésima experiencia, ¡huid!

Dejo una reseña larga para intentar evitar que nadie pase por lo que tuve que pasar. Buscando un sitio para celebrar nuestra boda, encontramos The Chapel y nos enamoramos, ya que era un sitio bonito, céntrico, al aire libre y con el tamaño perfecto. La persona que lo llevaba, Pascual, fue encantador y nos puso todas las facilidades; lo normal, por otra parte, cuando contactas con un sitio para una celebración de este tipo. Como contratamos ya en pandemia y todo estaba en el aire, hicimos un contrato solo por el menú de cóctel, dejando para más adelante las estaciones y las bebidas, aunque nos dijo que no había por qué contratar barra libre y que podíamos pagar por consumición. En el contrato quedaba estipulado que podíamos tener el espacio de 6 de la tarde a 1 de la mañana, que incluía un servicio de DJ gratuito y que después teníamos a nuestra disposición un reservado en el restaurante para poder quedarnos hasta las 3 también de forma gratuita. Pasaron los meses y vimos que la pandemia seguía, así que le contactamos para cambiar la fecha. Nos sorprendió que nos dijera que ya no trabajaba allí y que nadie nos hubiera avisado, pero nos pasó el contacto de la persona que le había sustituido, Lourdes, y pudimos cambiar la fecha a principios de octubre sin problema (el contrato ya incluía una cláusula Covid). El primer susto lo tuvimos en julio: aunque al cambiar la fecha no nos dijeron nada sobre el aforo, escribí a Lourdes para confirmar antes de enviar las invitaciones definitivas y me dijo que máximo 80 personas, casi la mitad de la gente a la que habíamos enviado el save the date. Después de una semana intentando contactar con ella para que nos explicara mejor el asunto sin recibir respuesta, fuimos al restaurante y resultó que se había olvidado de que era cena de cóctel y en ese caso sí podíamos ser las personas que teníamos previsto. En esa reunión conocimos al dueño, Pedro, y comentamos el tema de las bebidas, confirmándonos que no era necesario contratar barra libre. También me dijeron que habían contratado a una directora de eventos, Izaskun, que se pondría en contacto con nosotros (no llegó a hacerlo). En esa reunión nos pidieron que dejáramos la fecha para la prueba de menú ya fijada para principios de septiembre. Cuando tres días antes escribí para confirmar la hora, me dijeron que ese día no podía ser y tuve que reorganizar a las personas que nos iban a acompañar. El día de la prueba, estaba Lourdes para recibirnos, pero se marchó poco después y los camareros no supieron contestar a varias de las dudas que nos surgieron. Intentamos contactar con ella y con Izaskun en los días siguientes, pero no hubo forma de hablar con ellas en una semana, a solo dos de la boda (en ese momento no sabíamos si íbamos a poder estar de pie o sentados, si había que hacer seating o la gente podía estar libre y otras muchas cuestiones que necesitaban preparación por nuestra parte). Finalmente pudimos hacer una videollamada con Lourdes en la que todo quedó más o menos aclarado, incluido que podíamos contratar una banda que tocase de 10 a 11:30 de la noche, que no había problema en no contratar barra libre y que podíamos hacer uso del reservado una vez tuviésemos que irnos del patio. Dos horas después, recibí una llamada de Izaskun, que nada más descolgar comenzó a gritarme de forma absolutamente maleducada (era la primera vez que hablaba con ella). Me dijo que era imposible no contratar barra libre (aunque el dueño me hubiera dado el visto bueno y hasta nos habían pasado los precios por consumición) y que si queríamos usar el reservado, teníamos que pagarlo, que le daba igual lo que viniese en el contrato porque lo había firmado una persona que ya no trabajaba en la empresa y que si cumplieran todo lo que esa persona había firmado tendrían que cerrar el restaurante. No paraba de gritarme que no le compensaba hacer nuestro evento y que si no nos gustaban las condiciones, que nos devolvían el dinero y cancelaban el contrato. También dijo que la música la tendrían que bajar a las 12. Después de aquello me quedé helada, pero tras varias conversaciones por WhatsApp y por email muy frustrantes, decidimos no pelear lo del reservado y transigir con dos horas de barra libre y el resto por consumición. Un par de días después aparecieron con un nuevo problema: la música la tenían que quitar a las 10:30 porque el cura de la iglesia se había quejado de bodas anteriores. Nosotros ya habíamos contratado la banda que en teoría iba a estar hasta las 11:30 y en todo caso, el cóctel era de 8 a 10, así que eso suponía prácticamente no poner música. Fuimos al restaurante para discutirlo en persona y se nos ocurrió sobre la marcha cambiar la hora de la celebración a la comida y así evitar el problema de la música. Se pusieron tan contentas que nos dijeron que podíamos estar de 2 a 10:30 aunque en el contrato solo venían siete horas y que no había problema con solo dos horas de barra libre y el resto según consumición. A apenas una semana para la boda, tuvimos que contactar a todos nuestros invitados para ver si podían venir a las 2 (teníamos mucha gente viajando de fuera o con niños, pero al final todo el mundo se adaptó); y cambiar el plan a nuestros proveedores, pero finalmente pudimos hacer el cambio. Sin embargo, cuando les mandamos el nuevo horario detallado para el ok definitivo, nos dijeron que solo podíamos estar hasta las 9:30 porque en el contrato venían siete horas y que teníamos que pagar cuatro horas de barra libre. Cuando nos quejamos, nos dijeron que encima que nos habían dado la opción de cambiar la hora del evento, teníamos que cumplir sus condiciones y nos volvieron a amenazar con devolvernos la fianza y cancelar, sabiendo que nosotros no podríamos encontrar otro sitio a menos de una semana de la boda. Esto es un resumen, estuvimos discutiendo con ellas casi a diario y luchando porque nos contestaran, ya que cada respuesta suya tardaba un par de días, provocándonos un estrés muy importante a nosotros que hasta entonces habíamos estado supertranquilos con toda la organización de la boda. Su tono constante era de confrontación y pese a que el problema del cura nada tenía que ver con nosotros, nunca nos dieron ni una disculpa ni ninguna solución y solo nos pusieron pegas a todo lo que proponíamos. Finalmente negociamos tres horas de barra libre y bajar la música a las 21:30, pero nos hicieron pagar por el DJ el tiempo que no hubiera barra libre, cuando en el contrato venía que estaba incluido en el precio del menú. A tan poco tiempo de la boda ya no teníamos margen y nos estaba provocando todo tanto disgusto que preferíamos pagar lo que fuera a seguir discutiendo. Pese a los nervios y las molestias que nos amargaron las dos semanas previas a la boda, lo peor llegó el propio día de la celebración. No hicieron ningún caso a las cosas que les habíamos pedido de la prueba de menú (cosas simples como poner las patatas bravas al principio y no casi como último plato), ni de cuándo empezar a servir los platos; tuvimos que interrumpir la comida para poder hacer la celebración que iba primero y cambiaron algunos de ellos (por ejemplo, a una ensalada que habíamos pedido como opción vegetariana le pusieron sin avisar anchoas; ya no era vegetariana) y pimientos (a los que soy alérgica), etc. Las raciones fueron muy escasas y eso que en principio eran para 120 y al final solo fuimos 110 (el cambio fue muy a última hora por sospecha de Covid, así que ni pudimos avisar al restaurante); mucha gente se quedó con hambre. No pusieron seguridad en la puerta (que venía en el contrato), así que se coló alguna gente a la que tuvimos que echar nosotros. La comida se alargó más de lo que nos habían dicho (pasaba mucho tiempo entre plato y plato, y eran 13 en total) y se negaron a servir copas hasta que no hubiéramos hecho el brindis, así que las tres horas de barra libre contratadas (¡y pagadas!) se quedaron en menos de dos. Para rematar, a las 20:15 bajaron tanto la música que ni se sabía qué canción estaba sonando. Tuvimos que llamar a Izaskun porque era más de una hora antes de lo estipulado, nos dijo que lo volvían a subir, pero apenas diez minutos después, cuando la gente estaba volviendo a bailar, la volvieron a bajar. El DJ no sabía ni qué cara poner y nos decía que estaba haciendo lo que le mandaban, que el cura se estaba quejando y no podía hacer otra cosa. Algo parecido pasó con las bebidas: llegada cierta hora dijeron que ya no podían servir más (hasta se negaron a darle un vaso de agua a mi prima diabética), tuvimos que llamar y volvieron a servir durante un rato, aunque mucha gente ya ni llegó a enterarse. En resumen, nos provocaron muchísimo estrés las semanas previas a la boda y se cargaron la parte de fiesta de nuestra celebración, y eso que habíamos hecho el cambio al mediodía para poder tener un buen rato de música y baile. Nosotros entendemos que el cura les pudo poner problemas, pero nosotros teníamos un contrato firmado que decía que nos podíamos quedar hasta la una e incluso hasta las tres con el reservado y pese a que pusimos todo de nuestra parte al final nos quedamos sin fiesta. A ellas les dará igual porque tienen bodas todos los fines de semana, pero yo ya no tengo la opción de cambiar lo que pasó ese día. La única nota positiva fue que los camareros eran extremadamente amables (tanto durante la celebración como en los momentos de estrés en los que no paraban de darles órdenes contradictorias). Espero que si alguien se ha leído todo este tocho le sirva para no contratar con esta gente, ya que no les importó nada lo firmado por contrato e hicieron lo que quisieron sabiendo que nos tenían cogidos al ser imposible encontrar otro sitio en esas fechas.
Alejandra
Alejandra R. Enviado el 14/11/2020
Valoración 5 de 5

La mejor elección

En los tiempos de pandemia que estamos viviendo da gusto contar con tan buenos profesionales. Nuestra fecha original era en abril en una finca y con muchos más invitados, por intentar cumplir con todas las restricciones de aforo y desplazamiento y minimizar el riesgo de contagio, decidimos cambiar a The Chapel a escasas semanas de nuestro gran día y ha sido la mejor elección que podíamos haber tomado. Pascual y su equipo nos brindaron todo el apoyo logístico y nos facilitaron todo para que la mini celebración de nuestra boda fuera especial, y debo decir que ha superado nuestras expectativas, supercéntrico, el sitio es mágico, una preciosa terraza al aire libre en la que todos los invitados y nosotros nos transportamos a un lugar mágico, divinamente decorado, atención de lujo, comida exquisita, y lo mejor de todo: cumplimos con todos los requisitos de bioseguridad. Gracias, Pascual y The Chapel, por haber conseguido que todo saliera mejor de cómo habíamos imaginado. Totalmente recomendado.
J
Javier P. Enviado el 22/12/2021
Valoración 1 de 5

¡No te cases aquí!

Es un sitio espectacular y sorprendente en pleno Paseo de la Castellana, pero nada más. Es incomprensible cómo un sitio tan bonito y con tanto potencial tiene una gestión de eventos tan sumamente mala. Poco profesional, con falta de seriedad, muy poco trasparente... En definitiva, lo último que quieres encontrarte el día de tu boda. Además de tener que reclamar cada respuesta muchísimas veces lo que hace que cualquier toma de decisión sea eterna, muestran una total incoherencia con lo que acuerdas (tanto de palabra como por escrito) con lo que llevan a cabo el día del evento. Cambios en la cantidad, presentación y calidad de la comida, en la barra libre... Empezamos por la comida. Después de haber trasmitido desde el minuto uno que lo que queríamos era un banquete abundante tipo cocktail, escatimaron en todos los platos elegidos, aunque no en el precio. La presentación, calidad y cantidad de cada uno de los platos fue muy diferente a lo apalabrado en la prueba. ¡Incluso un camarero chillando a los invitados porque cogían dos unidades de algún pincho! Es más, se lo hicieron devolver a la bandeja a uno de ellos. Y del postre casi ni hablamos, que debía haber tres porciones generosas de tres postres diferentes para cada persona y sacaron un único pinchito ridículo por cabeza, que no te permitía probar los tres. El resultado es que la gente pasó hambre y nosotros nos quedamos con cara de tontos después de haber pagado un menú a precio de oro (por suerte, solo fue un camarero el que gritó a los invitados. El resto eran muy majos y amables. Menos mal). Nuestra sorpresa es que con la barra libre, que poco podía fallar, después de habernos enviado el listado de bebidas donde se incluían las premium y de habernos respondido explícitamente y por escrito que sí estaban incluidas, descubrimos que no aparecen por ningún lado. Es más, nos dicen que jamás nos han dicho nada de las bebidas premium... Increíble. La recena más de lo mismo, escasísima... Y, para colmo, la hora de cierre, pese a asegurarnos desde el primer momento que podríamos disfrutar del sitio hasta la 1:00 am, a falta de 4 días nos dicen que cortamos a las 23:00. ¿Perdón? Al final accedieron a que nos quedásemos hasta la 1:00... Pero a las 23:00 ya nos estaban bajando la música todo lo que podían. Nos acabamos yendo a las 00:00... En definitiva, un día precioso que no nos consiguieron arruinar gracias a la buena gente con la que lo compartimos, pero, sin duda, plantéate dos veces si quieres todos estos problemas el día de tu boda.
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Bodas reales de The Chapel by Sinsombrero

Alejandra & Rainer
7 fotos · 17/10/2020

Mapa

Paseo de la Castellana, 4 28046 Madrid (Madrid)
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Preguntas frecuentes sobre The Chapel by Sinsombrero

En The Chapel by Sinsombrero se pueden encontrar menús de boda con un precio por invitado desde 50€ hasta 170€.
En The Chapel by Sinsombrero se pueden encontrar los siguientes espacios para llevar a cabo la boda:
  • Salones de banquetes
  • Terraza
  • Zona ajardinada
  • Capilla
  • Zona de baile
  • Otros
The Chapel by Sinsombrero dispone de los siguientes servicios para celebración de bodas:
  • Banquete
  • Ceremonia
  • Fotografía
  • Música
  • Transporte
  • Decoración
  • Otros
The Chapel by Sinsombrero está ubicado:
  • En ciudad
The Chapel by Sinsombrero sirve en sus eventos cocina:
  • De mercado
  • Tradicional, típica regional
  • Otros
The Chapel by Sinsombrero cuenta con diversos menús especiales de boda entre los que destacan:
  • Vegetarianos
  • Veganos
  • Diabéticos
  • Hipertensos
  • Celíacos
  • Otros
The Chapel by Sinsombrero ofrece las siguientes opciones para la contratación de la barra libre:
  • Va incluida en el menú
  • Pago por consumición
  • Cantidad fija por persona sin límite (Tickets de consumición)
  • Cantidad fija por persona con límite (Tickets de consumición)
  • Cantidad total fija (con límite de hora)
  • Cantidad total fija (sin límite de hora)
The Chapel by Sinsombrero ofrece sus servicios de banquete de boda para un mínimo de 50 invitados y puede dar servicio hasta un máximo de 250 invitados.
A The Chapel by Sinsombrero lo recomienda el 47% de las parejas que ya disfrutó de sus servicios. Su valoración global es de 2.3 sobre 5 que se desglosa del siguiente modo: 2.3 en calidad del servicio, 2.3 en tiempo de respuesta, 2.3 en flexibilidad, 2.3 en profesionalidad y 2.3 en relación calidad/precio.

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