Celebramos nuestra boda junto a familia y amigos en el Hotel Mandarin Oriental Ritz, y superó absolutamente todas nuestras expectativas en cada aspecto imaginable. Desde la más alta calidad en todos los servicios hasta la atención personalizada, fue sencillamente extraordinario.

Desde nuestra primera visita con Teresa, los emails intercambiados con ella y Clara, y la atención de Carlos y del equipo en el día del banquete, todo fue excelente. Lo que más nos impresionó fue su capacidad para atender hasta el más mínimo detalle, incluso los cambios de último momento, con una gracia y profesionalismo excepcionales. Cada necesidad que surgió fue manejada con una elegancia y dedicación admirables.

La comida, la decoración, la atención y la hospitalidad fueron simplemente impecables. Quedamos particularmente encantados con el detalle de incluir la decoración de nuestros invitados en los menús y los nombres de los lugares, lo que añadió un toque personal y único a nuestra celebración. Carlos fue sumamente atento con nosotros, y todo el equipo se entregó por completo, haciendo que tanto nosotros como nuestros invitados estuviéramos completamente maravillados con el servicio.

Sin dudarlo, recomendamos el Hotel Mandarin Oriental Ritz para quienes buscan el mejor servicio y desean vivir un día verdaderamente increíble y absolutamente inolvidable. ¡Gracias por hacer de nuestro día algo mágico y perfecto!

Celebrar nuestra boda en el Ritz de Madrid fue, sin duda, una de las mejores decisiones que tomamos. Más allá de ser un lugar precioso, lleno de historia y elegancia, el equipo detrás del evento fue absolutamente fundamental para que todo saliera perfecto.

Organizar una boda desde fuera de España parecía un desafío, pero el personal del Ritz hizo que todo fuera increíblemente sencillo. Su profesionalismo y atención a los detalles nos permitieron disfrutar de todo el proceso sin preocupaciones.

El día de la boda fue simplemente mágico. Desde el impecable servicio hasta la excelente comida, cada aspecto superó nuestras expectativas. Nuestros invitados no dejaron de elogiar el menú y lo bien organizado que estuvo todo.

Queremos dar una mención especial a Clara Mengibar, quien se convirtió en nuestra guía y apoyo durante toda la planificación. Su dedicación, empatía y experiencia hicieron que todo fluyera a la perfección.

Para nosotros, fue la boda de nuestros sueños, y si pudiéramos volver a vivir ese día, sin duda lo haríamos en el Ritz. 100% recomendable para cualquiera que busque una experiencia inolvidable.

Gracias de corazón a todo el equipo. ¡Fue perfecto!

Cuando cruzamos por primera vez las puertas del hotel, jamás imaginamos todo lo que descubriríamos. Más allá de la historia que cuentan sus paredes y de su decoración exquisita que fusiona lo tradicional con lo moderno, el hotel es esa sensación indescriptible de calidez, como cuando te encuentras rodeado de amigos.
Desde el primer instante, nuestra “bodanoboda” se transformó en un sueño hecho realidad, algo que nunca habríamos imaginado. Porque, sin lugar a dudas, son ellos los que lo convierten en una realidad tangible.
Sus salones, jardines y habitaciones: todo parece sacado de un cuento. El cóctel y el menú, impecables (¡esa viera gratinada!). Su floristería Brumalis, fantasía.
Pero más allá de todos esos detalles, hay algo que realmente nos generó una profunda tranquilidad antes y después de la boda: la capacidad del equipo de asumir con humildad cualquier error, por mínimo que fuera, y corregirlo de inmediato. Eso habla mucho de su cultura, de su integridad y de la dedicación con la que ofrecen sus servicios, siempre buscando la excelencia.
Y ahora me gustaría poner nombres al Ritz. Gracias a Julio, por tu agilidad en los cambios que se hicieron en el menú el mismo día por parte de algunos invitados, porque no nos faltó un plato de cóctel preparado entre fotos y abrazos, por esa sonrisa y buen hacer que nos acompañó todo el día; gracias a Soraya, por la calidez que nos brindaste durante la boda, pero también cada vez que visitamos el hotel. Nos haces sentir amigos; a Rebeca, que se encargó en la siguiente visita con cada detalle de hacernos sentir que el vínculo que nos une al hotel solo puede reforzarse; a Ferdinand, por escucharnos y tener la capacidad de asumir y mejorar, habilidades más que necesarias en un líder. Y, por supuesto, a todos esos compañeros a los que no les pudimos poner nombre, pero que ellos a nosotros sí, y hacen, sin duda, latir el corazón de ese hotel. Porque sin ellos, el Ritz solo sería un hotel más.
Y, por supuesto, dejo para el final a la joya de la corona: Clara. Gracias por acompañarnos en cada paso, locura e idea que tuvimos. Lo he dicho muchas veces durante este proceso, eres una de esas personas especiales que le dan luz a la empresa en la que trabajan. Mereces llegar donde quieras llegar porque brillas por ti misma. El hotel es muy afortunado de tenerte en su equipo. Gracias por hacernos sentir amigos, compartiendo tiempo juntos en algo tan especial como era ese evento para nosotros. Porque en mi mente, en muchos de los recuerdos de ese proceso que me traen sonrisas, estás tú. Planificando la sorpresa durante el brunch del domingo, contando pasos en el salón los días previos o supervisando los detalles de los invitados juntas. Ya te lo dije en su momento, pero quiero repetirlo una vez más: a veces lo que para uno son pequeñas acciones, en el otro genera un gran impacto. Y tú, Clara, nos has dejado una huella imborrable.
Solo puedo recomendar a futuras parejas que escojan a Clara, Julio, Soraya o Rebeca, que escojan el Ritz. Vivir esa experiencia una vez en la vida, es algo que le recomiendo a todo el mundo no perderse.

Casa una de las visitas ha sido mágica no podemos estar más felices por la decisión del sitio, servicio 10, comida 10, habitación 10, post boda igual y todos los preparativos hasta llegar al momento clave han sido unicos gracias a Teresa y el equipo. El mejor feedback los comentarios de los invitados.

Muy profesionales y flexibles. Si me decidí por el sitio fue por las facilidades que me brindó Clara. Muchas gracias

Ha sido todo perfecto hemos disfrutado un montón el lugar era estupendo elegante bonito y un servicio increíble