Era octubre de 2020 y estábamos de vacaciones en la isla, y por error, pues queríamos ir a la zona de Puerto de Tazacorte, acabamos en el pueblo y vimos de lejos la Hacienda, decidimos ir a verla. Mi novio, por entonces, y yo ya estábamos prometidos, pero sin nada decidido, vivimos en Barcelona.
Fue solo entrar y ver esa auténtica maravilla, acompañados siempre por Elena que nos enseñó todas las instalaciones, y nos miramos los 2 y dijimos, aquí será. Fue algo de piel, amor a 1a vista. Desde el momento que confirmamos con el hotel, sentimos que también era SU boda, todos y cada uno de los trabajadores del hotel dieron lo mejor de sí mismos durante los casi 2 años de preparación, y por supuesto el día de la boda. Entienden muy bien que no es un hotel al uso, es un hotel emblemático, es la Hacienda de Abajo, donde te hacen sentir como que tú eres el único y que todo lo hacen por y para ti. Imaginar qué importante es eso cuando te casas, es justo lo que buscas. Y además al tener un delicioso restaurante con un chef, Jose, que es espectacular, cumple con otra cosa que nosotros queríamos, no tener
catering, si no la comida preparada allí, al momento. Y para añadir, pudimos privatizar el hotel para nosotros y así invitar a nuestros invitados a dormir en él. No podemos estar más contentos y agradecidos con la elección que hicimos. Repetiría una y mil veces mi boda allí. Fue, sin duda, el día más feliz de mi vida. Gracias, Hacienda de Abajo.

Desde antes de estar comprometida, ya tenía claro que quería celebrar el fin de semana de mi boda en la Hacienda de Abajo. Además del lugar que es idílico y te sientes como en casa, todo su personal es encantador y te tratan como si fueses de su familia. Fue el mejor fin de semana de mi vida, y no solo para mi, sino para todos los invitados que además de asistir a la boda pudieron hospedarse en el hotel, y disfrutaron de su esencia. Volvería a repetirlo sin duda.