Soy natural de Lanzarote, aunque me formé en Madrid y comencé mi vida laboral en Guadalajara, Castilla la Mancha. Fue a la edad de 14 años cuando entré en el mundo de las bodas, acompañando a dos grandes profesionales en calidad de ayudante, y desde entonces plasmar los recuerdos de otras personas y ver cómo los acompañan de por vida me ha cautivado.

Siempre, debido a mi timidez y a ser bastante introvertido, fui muy inquieto artísticamente hablando, y busqué formas alternativas de expresarme. Entonces descubrí que podía contar historias tal y como las ven mis ojos. Podía descubrir a la gente los momentos que se escapan a la vista. Y así resumo mi trabajo, una narración, una historia de amor, de su unión, de su día especial.

Soy consciente de la importancia que tiene cada detalle de este día, yo mismo estoy casado y conozco la presión, por ello me gusta trabajar con el mejor equipo y los mejores proveedores. Me gusta la experiencia de formar parte de ese día, de ayudarles a hacerlo especial. No limitarme a ser un mero espectador y poder ofrecerles lo que será el único testimonio de su boda como algo especial y sin escatimar en lujos de fabricación.

Dedicada y cercana son los valores que marcan mi día a día. ¡Lucho para que la sonrisa sea siempre nuestra mejor arma!

Me formé en Alemania durante 8 años y continué mis estudios en Tenerife, donde resido actualmente como administradora de nuestra empresa familiar. Junto a Alberto, en las bodas, buscamos hacer sentir a todo el mundo lo más cómodo posible, que la naturalidad sea la mayor belleza de una fotografía. Es un momento tan cargado de instantes emotivos e inolvidables, que sentimos como todo un honor el poder retratarlos.

Sin duda es todo un privilegio poder dedicarnos plenamente a las bodas. ¡Hagamos juntos recuerdos eternos!