Buenas chicas!
Llevamos un par de semanas con una decepción tras otra.
Cuando comenzamos esta aventura todo el mundo nos puso en pre aviso de que nos llevaríamos alguna que otra decepción grande respecto a quienes se tiran del barco a la hora de venir a la boda, no solo amigos sino también familiares. Y está pasando.
El problema es que todas las justificaciones tienen que ver con la COVID. ¿En serio?¿Casualmente este año nadie iba a fallar a mi boda si no es por la pandemia? No me lo creo. Al principio intenté tomármelo con cautela y verlo con objetividad, pero ha llegado un punto en que empiezo a pensar que en muchos casos es una excusa. La COVID está ahí, este año y seguramente el que viene por lo que tengo claro que todos aquellos que han dicho que este año no vienen tampoco lo harán el próximo.
Mi cabreo es que la gran mayoría de las bajas son familia de mi chico, y casualmente los que más esfuerzos tenían que hacer (entre otros muchos invitados, ya que más del 50% son de fuera) para venir a Madrid. Y si, cuando digo familia me refiero a la abuela, varias tías, primos hermanos.. gente de la que nunca nos lo hubiésemos esperado, al menos yo.
Respeto el miedo y respeto que quien no quiera exponerse al riesgo no lo haga pero por otra parte veo que el resto de invitados se están intentando adaptar, gente que me escribe y me pide que los agrupe por familias (y así será) o en mi caso mi abuela que dice que no se perdonaría no verme vestida de blanco aunque tenga que exponerse, que para eso hay medidas para evitarlo y por supuesto su mascarilla. Los padres de él y el resto de familia nos dicen que sigamos adelante, que hemos sido valientes al decidir seguir con nuestra boda y que esperemos hasta el final, que si decidimos anularlo sea por decisión propia y no porque haya gente que no venga. Todos ellos nos dan han entender que detrás de ese "miedo" existe gran parte de excusa y la pereza de todo el esfuerzo que supone venir a la boda.
Me rompe el alma ver a mi chico con esa decepción y esa mirada de tristeza desde hace días, sobretodo porque él también cree que parte de esa gente se excusará igualmente el próximo año por lo que al plantearnos aplazarla tampoco lo vemos claro, nos duele que no vengan pero ¿y si perdemos gente por el camino y esa gente tampoco viene al final? nos decepcionaría aún más.
Quizás si no hubiese existido la COVID también nos hubiésemos llevado la decepción pero hubiese sido más objetivo, en esta situación nos cuesta saber si es una justificación real o no.
¿Alguien más tiene esa sensación?