No puedo más. Faltan 20 días para mi boda, bueno, para la segunda fecha, porque me tendría que haber casado el 13 de junio. Hoy han decretado el uso de la mascarilla obligatoria en mi autonomía, la Comunidad Valenciana y ya no hay manera de que visualice mi boda como un día bonito y que me ilusione.
He renunciado a cosas, empezando por la fecha, cambiando la zona de la ceremonia por una más espaciosa, que falle gente, que no haya baile, que personas vulnerables lleven la mascarilla.., pero esto es demasiado. Intentamos buscar el equilibrio entre la seguridad y que siga siendo una boda pero cada vez más se parece a un ritual de una peli de terror. Y eso que las cosas las tenemos de cara, pues seremos 110 personas y lo celebramos todo en una finca enorme al aire libre. Pero no por esas.
Encima la dueña de mi finca es una extremista, y mientras veo que en otros sitios buscan soluciones para los novios, esta mujer es más papista que el papa y solo pone pegas y restricciones (el precio no nos lo rebaja, eso no, ves).
Luego mi suegra que me aparece con que me ha comprado una mascarilla para la boda, y ya le he dicho que yo no me la pienso poner, y ella erre que erre, venga a sacar el tema. Cuando hablamos de la boda, de lo único que hablamos es de distancias de seguridad, de mascarillas y de geles desinfectantes. En otro orden de cosas, como ella es de Málaga, ha decidido unilateralmente que se va a venir una semana antes de la boda a estar con nosotros, y meterse en mi casa, cuando yo a 20 días ya estoy de los nervios y lo único que quiero es estar tranquila.
Ya no puedo más. Esto debería ser motivo de alegría y solo me ha traído angustia. No tengo nada de ilusión. NADA. Y ya queda tan poco tiempo que ni siquiera veo viable cancelar porque la gente ya tiene la ropa, el alojamiento, e incluso han empezado a hacernos regalos.
Estoy hasta los ovarios. Así os lo digo.
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