La boda de Víctor y Silvia en Las Rozas De Madrid, Madrid

El día de nuestra boda

Fue un día espectacular. Sorprendentemente, la noche anterior había dormido estupendamente. Creo que se debió a que el día anterior me di una paliza enorme decorando la finca.

Nada más levantarme tenía manicura, ¡error! lo tenía que haber hecho el día anterior. ¡Las uñas no se secaban! Eros, mi perro, me acompañaba desde primera hora a todos los lados porque quería que me acompañara mientras me vestía y que apareciera en la sesión de fotos. Para él también fue un día estresante corriendo de allá para acá.

Comí enseguida (lo que pude meterme en el estómago) y comenzamos con el vídeo. Estaba muy nerviosa. Me empezaron a maquillar y a peinar.

Mi habitación era un caos (damas de honor, peluquero, maquilladora) pero la verdad que fue muy divertido.

Llegó el momento de ir a la iglesia y ¡casi se me olvida el ramo! ¡Menuda hubiera liado! Tendría que haber vuelto Las Rozas que era donde estaba la iglesia, hasta Moncloa que es donde teníamos la habitación.

Menos mal que mi tía se acordó que lo tenía en la nevera. Cuando llegué a la iglesia estaba muy nerviosa. Entré con mi padrino y todos me miraban y me hacían fotos. Yo solo miraba a Víctor, que cuando me vio se emocionó.