La boda de Trinidad y Antoni Vicent en Turis, Valencia

El día de nuestra boda

Bueno, chicas, después de casi dos años preparándolo todo, ya pasó todo, ya volví al trabajo a la rutina. Recomiendo a todas las parejas que se casen. El día de mi boda lo pasé genial.

El peluquero vino a mi casa a eso de las 7 a peinarme, tenía tanto sueño que no estaba ni nerviosa. Después, fui a casa de mi amiga que es esteticista a maquillarme y la verdad que entre uno y otra me dejaron muy guapa. La sorpresa fue que mientras me estaba maquillando mi amiga, vino el fotógrafo y “¡flash!”, “fotaca” a las dos maquillándome. ¡Nos quedamos muertas, no nos lo esperábamos!

A continuación, me fui a mi casa a vestirme volando porque además ya tenía allí al otro fotógrafo para hacerme el vídeo. Empezamos con las fotos de familia, el vídeo y por fin llegó mi chico a recogerme a mi casa, ¡qué nervios! ¡Me dio un beso y me dijo que estaba espectacular y entonces ya empezó todo!

¡Me pasó el día volando! Fuimos andando hasta la iglesia, mi novio con su hermana, que era la madrina y yo del brazo de mi padre, que era mi padrino. La ceremonia fue por la iglesia, súper emotiva, duró una hora, pero a mí me pasó en un “pis-pas”. Cuando terminó, nos hicimos las fotos de rigor con la familia, y después llegó el momento arroz. Jamás me había llovido tanto arroz sobre mi cabeza.