La boda de Toni y Cristina en Sitges, Barcelona

El día de nuestra boda

Días antes estaba al borde de un ataque de nervios, tenía mil cosas por terminar, (siempre he sido de dejar para mañana lo que puedo hacer hoy).

A falta de un par de días, conseguí tenerlo todo listo. Supongo que por el estrés vivido las semanas de antes me relajé, me relajé tanto, que llegó el día de la boda y estaba tan tranquila, aunque muy emocionada.

Nuestra prioridad era pasarlo muy bien, reírnos mucho y eso hicimos. La ceremonia fue breve, una ceremonia civil sin muchas florituras. Nos dedicamos unas bonitas palabras de amor, pero sin discursos preparados, los sentimientos fluyeron y dejaron alguna anécdota divertida, como cuando mi por entonces futuro marido, dijo " si me aceptas como mujer".

Lo celebramos a lo grande en el Hotel Melià, donde, desde el primer día se volcaron para que todo saliera a los mil amores. Durante el aperitivo pudimos saludar a todos nuestros invitados, compartir unas risas y palabras de cariño.

La cena empezó con nuestra triunfal entrada al ritmo de Blurred Lines de Robin Thicke desde entonces la fiesta no decayó en ningún momento. El baile fue el colofón de la noche, niños, jóvenes, mayores entregados a la pista de baile. Pusimos un divertido photocall inspirado en nuestro viaje de novios, Tailandia y todos se animaron a disfrazarse y hacerse mil fotos.