La boda de Tomás y Sonia en San Agustin De Guadalix, Madrid

Salía al portal, todas las vecinas foto arriba foto abajo, íbamos un poco pillados de tiempo pero yo iba muy tranquila y sabía que llegaríamos de sobra. A la llegada a la iglesia tuve que esperar porque el autobús se perdió y todavía no había llegado todo el mundo. Cuando llegué había mucha gente fuera esperando que llegara para verme, fue un momento muy bonito a pesar de que yo quería que estuviera todo el mundo dentro (esas cosas no se pueden planear).

Entré al altar junto mi padre mi hijo, y mis sobrinos me llevaban las arras y los anillos y estaban muy muy guapos. La música que nos pusieron no era la que nosotros habíamos elegido ya que el cd no se escuchaba en la iglesia pero no me importó, porque le vi a él tan guapo esperándome y yo estaba tan tranquila y tan contenta que lo único importante para mí era casarme.

La ceremonia fue cortita y bonita como habíamos querido, tuvimos las lecturas de nuestras hermanas las firmas y unas cuantas fotos, a la salida arroz y más arroz y más arroz, ¡madre mía que cantidad! Nos fuimos unos 15 minutos antes de que empezara el cóctel para hacernos unas fotillos en la finca.

A las 8:10 o así (ya que decidimos empezar antes el cóctel) entramos en la finca con nuestra canción “Duende del sur”, fue un momento muy bonito, con todos allí esperándonos, no éramos muchos, así que pudimos disfrutar del cóctel. A las 9:30 empezó la cena, entramos con un versión preciosa de Juego de Tronos, habíamos hecho el sitting con esa temática poniendo el nombre de las casas a las mesas y a todo el mundo le encantó.

La cena fue espectacular, hubo momentos muy emotivos como el vídeo que nos hicieron nuestros amigos, la caricatura que le regalaron a mi novio, mi mejor amiga se había currado un libro de firmas súper bonito, pero sin duda el momento más emotivo fue cuando le regalé el ramo a mi padre, nadie se lo esperaba y fue todo un acierto porque terminó llorando todo el mundo.

Después abrimos el baile con “All for love” de Bryan Adams, y aunque ni habíamos ensayado ni tenemos mucha idea de bailar, salió muy bien, estábamos tan felices.

Tras eso bailamos, bebimos, saltamos reímos hasta que a las 5:00 del a mañana cuando terminó la barra libre nos fuimos a hotel. Pasó todo tan rápido, pero es un momento tan especial que merece la pena el tiempo y esfuerzo que supone.

¡Os dejo con fotitos de ese día, espero que os gusten!