La boda de Sébastien y Ariadna en Barcelona, Barcelona

El día de nuestra boda

El día de nuestra boda fue, como poco, inolvidable. En medio de una pandemia global, considero que los que nos casamos, con restricciones y demás, es porque realmente lo queremos. ¡Porque lo fácil hubiese sido esperar!

Tengo que reconocer que las semanas antes de la boda, ya de por si llenas de nervios, fueron una locura. Todo iba bien hasta que dos semanas antes anuncian el cierre del ocio nocturno. Y nos casamos de noche, pues vaya. A una semana de la boda, anuncian toque de queda. Yo ya no sabía si reír o llorar.

En fin, al final todo salió a las mil maravillas. Nos arreglamos (no sin nervios de por medio, claro) y fuimos mi padre y yo hacia la Parroquia de Sant Vicenç de Sarrià. Ahí había un lío tremendo, porque montamos una estación de test de antígenos para que la gente pudiese acudir con tranquilidad. Así que, como no habían terminado, ¡nos tocó dar vueltas con el coche! Finalmente tocó entrar, y si os soy sincera, ¡estaba tan nerviosa que no recuerdo casi nada desde la puerta de la iglesia hasta el altar! La ceremonia fue muy especial por varios motivos, pero, entre ellos, el hecho de que el organista era un amigo mío. Lo hizo más emotivo.