La boda de Samuel y Elena en Toledo, Toledo
Modernas Otoño Rojo 3 profesionales
El 10/10/2015 954 5 11
S&E
10 Oct, 2015
El día de nuestra boda
Nuestro día empezó a las ocho de la mañana. Yo estaba en casa de mi madre y nos despertábamos para ir a la peluquería a que nos maquillaran y peinaran a las dos y a mi mejor amiga. Ya los nervios comenzaban a salir. Fui la última en peinarse, y cuando vi el resultado final, estaba que no me lo creía: hoy era mi día, y era como mi sueño hecho realidad.
Llegamos a casa, nos trajeron el ramo, y al ratito llego el fotógrafo. Comencé a vestirme con ayuda de mi madre y mi mejor amiga, y fueron unos momentos súper especiales y muy bonitos. Comenzamos con las fotos, y cuando terminamos, ellos se marcharon de camino a Toledo junto con mi amiga y su pareja. Nosotras nos quedamos en casa junto al padrino esperando a que viniese mi cuñado, que me llevaba al hotel
Durante el camino en el coche cada vez estaba más nerviosa y con muchas ganas de ver a mi pareja. Llegamos al hotel y seguimos con las fotos, y ya me llevaron a donde tenía que esperar para bajar las escaleras que me llevarían a encontrarme con él. Fueron los minutos más largos y en los que más nervios pasé.
Seguir leyendo »Escuché su canción, él estaría entrand. Y al ratito por fin comenzó a sonar la mía, y allí estaba yo, bajando las escaleras echa un manojo de nervios y muy ilusionada. Aún recuerdo como me temblaban las piernas. Mi abuelo estaba esperando abajo para llevarme al altar, iba caminando y por fin le vi a lo lejos. Una mezcla de sentimientos se apodero de mí, y aun recordando ese momento no puedo evitar llorar de la emoción, al igual que en el momento cuando le tuve frente a mí.
La ceremonia fue muy emotiva e íntima. Nuestro oficiante fue el padrino de mi marido, lo que hizo que aun fuese más especial. Tuvimos lectura de algunos invitados como mi madre, mi cuñado, mi prima, mi madrina, y nuestra mejor amiga; momentos muy bonitos. Después nos leímos nosotros dos, y ya acto seguido vino la gran pregunta. Recuerdo como respondí “Sí, quiero “, con todas mis ganas
Al salir nos tiraron pompones y arroz. Recuerdo no parar de reír de felicidad, yendo caminando agarrada a su mano. Tras las fotos de exteriores y grupos, pasamos a la cena, llena de sorpresas para todos: nuestras para los invitados, y de los invitados para nosotros. Algunas de ellas muy emotivas, dejo fotos de todas.
Para terminar este espectacular día, bailamos nuestro primer baile, el vals de Amelie, y después, para comenzar la fiesta, un baile con coreografía con nuestros amigos, el que todo los invitados les encantó.
Bailamos, reímos, y disfrutamos como niños. Volvería a repetirlo una y un millón de veces más.
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