La boda de Pilar y Álvaro en Zaragoza, Zaragoza
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P&Á
11 May, 2013El día de nuestra boda
El 11 de mayo de 2013, a las 17:30, celebramos nuestro matrimonio en la Iglesia Parroquial de San Antonio en Zaragoza.
Hasta ese día todo habían sido preparativos, pensar que no faltara nada o que nos hubiésemos olvidado algo... pero desde esa mañana tocaba pensar sólo en nosotros y en nuestro gran momento.
No nos vimos hasta la entrada en la iglesia, y mientras Álvaro llevaba detalles al hotel y la maleta con nuestra ropa, yo comenzaba la mañana con la peluquería, para más tarde maquillarme y prepararme.
Después de hacernos fotos en nuestras respectivas casas, el coche de bodas recogió a Álvaro y después de dejarlo en la iglesia, me recogió a mí. La llegada fue muy emocionante, estábamos en una nube, nuestras familias nos aplaudían y yo no acertaba a colocar el prendido a Álvaro.
A continuación entramos en la Iglesia, Álvaro con su madre emocionada y yo con mi padre ¡¡que caminaba rápido por los nervios!! Una vez en el altar ya nos tranquilizamos, y mientras José, sacerdote y amigo de la familia, oficiaba una misa preciosa y cariñosa. Fue una celebración muy amena, ya que teníamos dos grupos de música que alternaban sus intervenciones, unas veces coral y otras coral (Álvaro es violinista y muchos de sus amigos se sumaron a la celebración), así que todo salió a pedir de boca.
Seguir leyendo »Álvaro se puso un poco nervioso porque pensaba que el sacerdote se había olvidado del momento de las arras y los anillos, pero no fue así jajaj. Lo que no sabía era la sorpresa que me esperaba ¡¡Álvaro me cantó una canción!!
Después de la celebración, salimos de de la iglesia, y tras las consabida lluvia de pétalos y arroz nos hicimos las fotos con la familia y pasamos a hacernos el reportaje, en concreto tras la Catedral de La Seo y en la ribera del Ebro.
Ya de noche, llegamos al final del cocktail que había para los invitados y comenzó la cena, fueron momentos muy emocionantes. Además mis padres cumplían su aniversario de casados ese mismo día así que les regalamos un bonito recuerdo fotográfico. Y después de la cena vino el baile, con el vals que habíamos ensayado pero claro sin mi vestido, así que en algun momento perdimos el paso, pero fue muy bien. El resto de la noche fue una diversión sin límites, tanto familia como amigos bailaron y lo pasaron genial, qué lástima que esos momentos pasan tan rápido y ojalá pudiéramos revivirlos contínuamente.
Y ahora vivimos nuestro día a día muy felices y ojalá estos momentos durasen para siempre.
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