La boda de Paco y Ángela en Alhaurin De La Torre, Málaga

Una vez en la finca, se oía la suave melodía del Canon de Pachelbel, me dispuse a avanzar del brazo de mi padre entre los jardines y árboles hacia el templete donde se celebraba la ceremonia civil. Por mi cabeza pasaban muchas ideas, pero la que destacaba era: espero que le guste mi vestido.

Cuando se cruzaron nuestras miradas, sentí un poco de timidez y rubor que me recordó a los adolescentes en su primer amor. La ceremonia se me pasó muy rápido, y ya salíamos como marido y mujer. Recibimos las felicitaciones de los invitados, y nos dirigimos a hacernos las fotos en un precioso muelle de madera.

Más tarde, hacíamos nuestra entrada en la finca donde celebrábamos la cena, las vistas desde la finca eran preciosas, podíamos disfrutar de la costa de Benalmádena y Fuengirola mientras anochecía. Cuando nos quisimos dar cuenta, ya estábamos preparados para nuestro primer baile como casados, entre bengalas bailamos I don´t wanna miss a thing de Aerosmith, tengo que decir que mi marido tiene su punto rockero-heavy, y fue la única que consintió bailar, pero a mí me encanta, y los invitados nos felicitaron por la canción y el baile.

La noche fue estupenda, los invitados nos felicitaban por todo, la ceremonia, el lugar, no me cansaba de escuchar los cumplidos, me decían que el vestido era maravilloso, y que yo iba espectacular, no está mal ser la protagonista por un día.

Después del baile, se abrió el buffet de chuches y la barra libre, bailamos toda la noche hasta el amanecer, nos los pasamos genial, y por la mañana nos fuimos los que quedábamos en pie a comer chocolate con churros, un día inolvidable.

Por supuesto, hubo imprevistos y no salió todo como yo pensaba, pero me centré en disfrutar y lo conseguí. Volvería a vivir ese día sin dudarlo.