La boda de Pablo y Silvia en Toledo, Toledo

Por fin el gran día llegó y fue... Top. Si algo teníamos claro Pablo y yo es que queríamos disfrutar muchísimo de nuestra boda, reírnos, bailar, charlar con la gente, ir para acá y para allá... ¡Fue genial porque pudimos hacerlo!

Los dos estuvimos supertranquilos desde por la mañana, aunque siempre hay ciertos nervios, pero de los bonitos, no de los estresantes... El hotel en el que me arreglé (Entre dos aguas) me aportó muchísima paz, y disfruté de estar rodeada de mis padres, hermana y cuñado mientras me maquillaban y peinaban. ¡Pablo se cambió en su casa, a escasos 5 minutos andando del Cigarral!

¡Y lo de después ya fue todo mágico! La ceremonia fue muy sencilla y emotiva. Los oficiantes fueron el padre de Pablo y mi madre, así que fue maravilloso. Hablaron familiares y amigos, y reímos, lloramos, hubo de todo.

Las fotos nos las hicimos en el mismo Cigarral, tiene tantos rincones maravillosos que nos pareció que era la mejor opción para no estar demasiado tiempo y, aun así, tener fotos impresionantes. Que las tenemos.

En el cóctel nos llovió un poquito, pero al hacerlo en el claustro no pasó nada, ya que nos pudimos resguardar en los portales. ¡Además, la lluvia dejó un ambiente otoñal precioso!

¡Después bajamos al salón a comer y fue divertidísimo! Teníamos varios regalos que entregar y nosotros (no sé por qué) creíamos que los íbamos a entregar todos al terminar de comer. ¡Pues no, fuimos haciendo un par entre plato y plato y qué fiestón! A cada canción que sonaba, todo el mundo se levantaba y montaba una conga espontánea. Fue tan surrealista... No nos lo esperábamos para nada, ¡pero cómo nos reímos! Sin pensarlo mucho salió todo rodado, perfecto, y lo pasamos genial.

Y entonces, el colofón final... ¡Contratamos una charanga! Cuando terminó la comida, la charanga entró al salón y empezó a tocar, y todo el mundo para fuera a bailar y saltar. Todos los invitados nos han dicho que fue un momentazo... Fueron los encargados de mover a todos los asistentes desde el salón hasta la zona de baile, ¡y la verdad es que fue una transición perfecta!

Y poco más... Empezó la fiesta con nuestro baile, muy cortito y muy acorde con nosotros dos, ¡y seguimos hasta unas cuatro horas más dándolo todo, y dejándonos los pies en la pista de baile!

Quién no lo diría, pero... ¡Ojalá pudiéramos repetir ese día mañana mismo!

Para nosotros, muchísimo mejor de lo esperado. Nuestros familiares y amigos, obviamente, ¡lo hicieron posible!

Disfrutad, estad tranquilos, vivid el día… Al final, lo más importante es saborear todos los momentos, es un día que de verdad que pasa rapidísimo, y es una pena perderse momentos por intentar controlarlo todo. Algunas cosas no saldrán como lo esperáis, pero no pasa nada, porque al final todo sale y, los que están allí, no recordarán si la música sonó a tiempo o dos segundos más tarde. Prestad atención a lo importante, que son las personas que os quieren e irán a ese gran día a celebrar con vosotros la vida y el amor.