La boda de Omayra y Adrian en San Bartolomé, Las Palmas

En breve llega Oswaldo Machín, nuestro diseñador, para comenzar a vestirme.

Llega el reportero del video (Lanzaudio) un poco más tarde de lo previsto. Ya estaba vestida y habíamos sacado fotos pero se empeña en que tengo que volver a vestirme y desvestirme para poder grabarlo él. ¡Menudo trabajo! Finalmente, eso hice. Oswaldo vuelve a vestirme y Alex lo graba.

17.00 y todo listo. Maquillaje perfecto, novia vestida y peinada (y abotonada...madre mía que cantidad de botones...). Mi hermano llegaría sobre las 17.30 a recogernos a mi madre, que era la madrina, y a mí, con lo cual tenía tiempo para relajarme en el sillón tranquilamente mientras ellas corrían desquiciadas (en ese momento me pregunté quién era la que se casaba en aquella habitación...).

A las 17.30 llega el coche (el Volvo S40 azul celeste de mi madre. Estaba precioso con sus pompones de colores decorando la parte trasera). Arrancábamos para Montaña Blanca.

Iban llegando los invitados y llegó el novio con su madrina (su madre). Media hora después llega la novia. Pero me paran en la entrada porque había problemas con mi música de entrada.... improvisamos y el grupo que habíamos contratado para amenizar el cóctel comienza a tocar una canción y finalmente entro.

Llego a los pies del novio y comienzo a cantar a capella la canción "Tu amor me llega al alma". ¡El novio no para de llorar! ¡Y muchos invitados tampoco!

Comienza la ceremonia oficiada por uno de nuestros mejores amigos (tuvimos una gran suerte...). ¡Una ceremonia preciosa! Hacemos el ritual de la arena y nos ponemos las alianzas.

¡Sorpresa! La hermana del novio, ¡la chica más tímida del mundo! nos dedica unas palabras increíbles (todavía se me forma el nudito en la garganta cuando lo recuerdo). ¡Todos llorando como magdalenas de nuevo!

Termina la ceremonia con un super beso, ya como marido y mujer, ¡y nos tiran arroz y confeti! ¡Con mi pelo podíamos hacer paella para 100!

Comenzamos a saludar a los invitados, ¡nada más y nada menos que 200!! Y al terminar nos vamos a la sesión de fotos a La Geria.

Fotos y video al atardecer entre lava volcánica. El sueño de mi padre.

Volvemos al cóctel y... me habían guardado una bandeja con comida ¡bien! ¡A los mojitos no llegamos eso sí!

Estuvimos un ratito saludando a todos y hablando con los invitados ya mucho más relajados hasta que llegó el momento de que los invitados comenzaran a acomodarse.

Primer contratiempo: ¡la comida no había llegado! Por una falta de entendimiento llega una hora después, pero íbamos genial de tiempo porque era bastante temprano para cenar.

Entramos al salón mientras Javier cantaba en directo la canción de Luis Fonsi "Yo no me doy por vencido". El salón muy bonito: mantelería blanca y camino de tela de saco y jaulas negras en el centro. En el techo dos telas blancas. Todo ello, al igual que la organización del evento por Oliver Pitiminí Eventos

Comienzan a ponernos la comida. A cada cuanto a alguno se le ocurría el típico "Que se besen, que se besen" o “vivan los novios” ¡Viva!

Finalmente, llega la tarta. La nuestra era de La Hora del Cupcake. Nos hizo una tartita pequeña y monísima y para los invitados cupcakes de colores pastel con la temática de la boda (vintage en colores pasteles).

Entrada de la tarta con nuestros fofuchos como nosotros (calcados) hechos por mi tía Rosi Herrera ¡que es una crack! Partimos la tarta con la música de "Como tú no hay dos" de Beatriz Luengo y Yotuel que habíamos usado para las invitaciones que las hicimos con un video vía WhatsApp (¡fácil, rápido, económico y muy divertido!).

Cojo el micrófono (mi marido habla por los codos pero sin micrófono delante...) doy los agradecimientos a todos y entregamos unos detalles a personas que se habían volcado con la boda (mi tía Estrella y mi prima Edurne que nos regalaron la luna de miel, mi tía Rosi por los fofuchos, mi prima Maria por peinado y peluquería, mi sobrina por la coreografía del baile de novios y mi suegro Goyo por hacer los detalles para los invitados). Además, damos dos regalitos a las mamis, siempre tan presentes.

Repartimos los detalles a los invitados: un botito pintado a mano con sal de baño. Después de la tarta llegó la hora de poner un vídeo que habíamos preparado con nuestra historia que hizo caer más de una lagrimilla a los presentes.

Y por último....¡fiesta! ¡Empezó lo bueno! Con una más que sobresaliente animación de Lanzaudio el DJ empezó a pinchar música de todos los estilos y a hacer juegos (batalla de micro, batalla chicos contra chicas, cámara espia, conga... En fin, ¡divertidísimo!).

¡No quedo nadie sentado!

Baile de novios. Habíamos preparado un flasmove con determinados invitados. Comenzamos solo nosotros a bailar la canción de "Mi bendición" de Juan Luis Guerra y de repente..... Nene Malo "comerte toa"....Todos los invitados-cómplices salieron a bailar pero ¡además se unieron más! Un momento para no olvidar.

Y continuamos con la fiesta y los juegos. El momento del ramo muy emotivo, pues habíamos quedado con mi hermano en que se lo tiraría a él para que se lo entregara a mi cuñada y ahora ¡son los siguientes! ¡después de 24 años de relación!

El momento liga también fue muy divertido porque al novio le tapamos los ojos y yo me levantaba de la silla y se ponía otra persona para que creyera que era yo pero nada... ¡no hubo manera de engañarle!

A las 3 de la mañana sacamos unos perritos calientes que ya hacía falta reponer fuerzas.

Allí nos dieron las 5 de la mañana hasta que el DJ se fue pero allí no acabó la cosa.... Mis amigos sacaron timples y guitarras y continuamos la fiesta ¡hasta las 6 de la mañana!

Y este fue nuestro gran día. Todavía, un mes después, la gente continúa hablando y contando anécdotas de la boda porque la verdad que fue realmente ¡increíble! Hubo contratiempos, como en todos los eventos que se hacen a este nivel, pero nada que no pudiéramos superar.

¡El mejor día de nuestra vida sin ninguna duda!