La boda de Miryam y Max en Granollers, Barcelona
De noche Otoño Negro 1 profesionales
M&M
26 Oct, 2013El día de nuestra boda
La verdad es que las horas previas fueron muy tranquilas. Me levanté como en una nube, como si la cosa no fuera conmigo. Desayuné, me di una ducha y a las 11 llegó la peluquera a mi casa (no sabía si peinarme en mi casa o en el hotel y opté por peinarme en casa por una cuestión de tiempo y el peinado aguantó todo el día). A las 12 trajeron el ramo, las solapas y los brazaletes de las damas de honor y después llegó el amigo que me acercaría en coche al hotel.
Sobre las 14h me comí un sándwich y pasamos a buscar la amiga que me hizo el vestido, al vestido y a su novio para ir los cuatro al hotel. Cuando llegamos nos encontramos con mis padres, mi hermana y mis tíos que habían cogido habitación. De todos modos, yo seguía tan pancha, sin un nervio.
Subí con mi amiga a la suite, allí me empecé a maquillar y ella me echó una mano, que controla mucho del tema y el maquillaje quedó perfecto, no me retoqué ni una vez. Ella también cosió las plumas negras al ramo y quedó precioso. Luego empezó a llenarse la habitación, que si las damas de honor, los testigos, mis padres... Hasta que llegaron los hermanos del novio a traerme el ramo (tuvimos que hacer un apaño porque como lo tenía yo se lo tuve que hacer llegar). Me leyeron un poema muy bonito de bienvenida a la familia y ahí empecé a ponerme nerviosilla incluso se me saltó alguna lágrima. Todos se fueron para abajo y les di las notas con los votos y las alianzas a las damas y a los testigos. Nos llamó la jefa de sala a la habitación y fuimos bajando.
Seguir leyendo »Cuando sonó mi música de entrada, "Pass de Deux" del Cascanueces fue cuando se me puso el nudo en el estómago. Fue muy emocionante ver todas esas caras tan queridas y familiares yendo del brazo de mi padre, hasta que le vi a él tan guapo y tan sonriente. Los nervios se pasaron en cuanto llegué al altar y tomé asiento.
La ceremonia la oficiaba un buen amigo, no sabíamos qué diría, él nos había hecho muchas preguntas y la verdad es que preparó un texto precioso, todo el mundo le felicitó porque lo hizo genial. Después salió a hablar uno de los hermanos de mi marido, mi padre y un amigo común. A todo el mundo le encantó la ceremonia, dijeron que nunca habían visto una así, que fue muy amena, especial y emotiva.
Luego nos hicimos las fotos de grupo y algunas nosotros solos, aunque después de la luna de miel hemos hecho reportaje postboda. Mientras empezaban a servir los aperitivos, había tantos que la gente pensó que la cena sería así en plan buffet, pero no, ¡había banquete! Había un photocall que arrasó, fue todo un éxito desde los aperitivos hasta el final del baile. Cuando la gente fue pasando al salón, pudimos estar los dos solos un rato en el jardín con una bandeja de canapés que nos habían guardado.
Lo malo llegó con mi suegra, la pobre, está delicada de salud y se puso mala, durante los aperitivos empezó a vomitar y no pudo bajar al banquete, y su marido quiso quedarse con ella. Así que en el banquete en sus sitios se pusieron el padrino de mi marido y su mujer. Fue una pena y me supo muy mal, intentado ser positivos pensamos que al menos estuvo en la ceremonia cuando temíamos que no pudiera ir ni a eso.
El banquete fue genial. Había 70 invitados, así que al ser pocas mesas, si alguien hacía un brindis todos podían escuchar y enseguida hubo un ambiente muy familiar. La comida estaba deliciosa y la gente pudo repetir tantas veces como quiso. Algunos de nuestros amigos nos dieron los regalos. Unos nos dieron un bote enorme de macarrones y en algunos había billetes y otros nos dieron un montón de globos en los cuales había que encontrar tres números para abrir el cerrojo de un cofre lleno de monedas. En serio, tenemos un cofre lleno de monedas, vamos a tardar la vida en contarlo.
El corte de la tarta fue muy divertido, un camarero nos dejó una catana para cortarla, pero una catana que no cortaba nada. Después entregamos los ramos, yo a mi madre y mi marido a su tía y los regalos a los padres, yo se los di a mis padres y mi marido tuvo que esperar. Por último el baile dio comienzo cuando le di mi ramo a mi hermana.
Hicimos nuestro baile nupcial sorpresa, empezamos en el "With or without" de U2 y cortamos con el baile de “Pulp Fiction”. Luego bailé con mi padre, fue un momento muy especial. El baile se podía alargar hasta las tres, pero con el cambio de hora pudimos contratar una hora más, así que la gente acabó bastante reventada.
Todo el mundo se lo pasó genial y más de uno nos dijo que era la mejor boda en la que había estado, y ¡que yo estaba guapísima!
La última sorpresa llegó al subir a la suite y ver que nos lo habían llenado todo de serpentina y la cama de arroz, como no nos lo tiraron al acabar la ceremonia, nos lo metieron en la cama. También pintaron un muñeco obsceno enorme en el espejo del baño que tardé un buen rato en ver.
A la mañana siguiente fuimos a la habitación de los padres de mi marido y su madre estaba mejor, les dimos sus regalos y nos despedimos porque se volvían ya a su pueblo. Nos llevaron el desayuno a la suite y nos lo tomamos en la terracita. Después el hotel nos regalaba un paquete spa con masaje y piscina de flotación con duchas de contraste para nosotros solos.
En fin, a las que os vais a casar sólo os puedo decir que saboreéis cada instante porque de verdad, se pasa en un cerrar y ojos. Fue el día más maravilloso de mi vida y sí es cierto que después da un poco de bajón, es un día que has imaginado toda tu vida y al haberlo vivido ya no lo podrás esperar más. Pero el bajón se pasa cuando empiezas a ver fotos y a recordar que todo fue genial.
Por último, tengo que decir que no tenemos ninguna queja del Hotel Ciutat de Granollers, la relación calidad precio es inmejorable y pudimos personalizar la boda como quisimos. Fue todo perfecto.
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