La boda de Miguel y Jessica en Madrid, Madrid
De noche Verano Dorado 2 profesionales
M&J
13 Sep, 2013El día de nuestra boda
Mi boda fue una boda gitana: ¡¡todo el fin de semana!!
Todo empezó el viernes 13 de septiembre (una fecha preciosa). Me levanté nerviosa, apenas pude desayunar, estaba sola en casa. El teléfono no paraba de sonar, algo que me ponía aún más histérica. Exactamente a las 13:30 nos encontramos los pocos invitados y nosotros en la puerta de la Junta Municipal (besos abrazos). Fue una boda de 10 minutos con las 10 personas más importantes para nosotros. Muchos lloros y ¡a comer! Ya había pasado, ya éramos marido y mujer aunque aún nos esperaba la celebración de verdad, que sería al día siguiente.
Recién casados y cada uno por su lado, Miguel tuvo que ir a recoger las últimas cosas de la boda y yo, al aeropuerto a recoger a una amiga que llegaba desde México.
El sábado 14 a las 10 nos levantamos nerviosos, ¡hoy llega lo bueno! Comenzamos a llevar todos los bártulos al hotel en el centro de Madrid. A las 15 ya habíamos terminado. Sin tiempo ni para comer a las 15:30 llegan mis amigas al hotel, a las 16 llegan la maquilladora y la peluquera, a las 18 ya estoy vestida, maquillada y peinada. Nos espera el fotógrafo en el hall del hotel.
Seguir leyendo »Ruta por Gran Vía, Preciados y Sol, nos hacemos unas fotos preciosas mientras la gente nos corea "¡vivan los novios!", fue todo súper emocionante. El tiempo pasa tan rápido.
A las 19:30 estamos de regreso al hotel, no nos da tiempo ni para ir al baño. Recepción de invitados, más besos y más abrazos. A las 20 suben a todos los invitados a la azotea del hotel, un atardecer de ensueño en un sitio de ensueño.
A las 20:30 al son de "Somewhere over the rainbow" mi ya marido y yo hacemos aparición en la azotea, simplemente ¡¡impresionante!! El mejor amigo de Miguel hace de maestro de ceremonias y se nos escapan las lágrimas. Mi hermana da un pequeño discurso y logra que no pueda evitar llorar, recuerdo de quien debería estar y no lo está.
Un cóctel a continuación hace las delicias de los invitados aunque yo apenas probé bocado. Hay demasiada gente a la que agradecer el haber venido, debes repartir tu tiempo entre tantos. Me conformé con poder beber algo.
A las 22 hacen bajar al salón a los invitados y un rato después con "Marry me” de Bruno Mars y los aplausos de todos los invitados entramos en el salón con los nervios a flor de piel y las lágrimas en los ojos. Un brindis por los novios y los invitados. Una cena maravillosa nos esperaba.
Después de semejante cena sólo se puede acabar con una espectacular mesa de dulces y una barra libre para todos, un photocall para hacernos fotos y un montón de attrezzo para que todos nos lo pasáramos genial y ya lo creo que fue así.
Después de dos días sin parar ya sólo quería quitarme los zapatos y descansar en la suite con vistas impresionantes de Madrid con mi marido y una copa de champán, ¡chin chin!
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