La boda de Marta y Roger en Tiana, Barcelona
Al aire libre Primavera Fucsia 1 profesionales
M&R
01 Jun, 2012El día de nuestra boda
¡Un día increíble!
Al despertar tomé un buen desayuno, pastas de Salamanca traidas por mis tías y un buen café y después de la ducha empezaron los preparativos típicos de una novia, primero la peluquería.
Fui a la del novio de nuestro primo, allí me esperaba la suegra. ¡Fue divertido! Yo disfruté de todos los segundos del día y recomiendo que todos lo hagáis. También recomiendo que si os hacéis un recogido no os hagáis un tratamiento de keratina el día de antes. Yo lo hice ¡y el peinado no me duró ni la ceremonia!
Al salir me llevaron a casa de mi madre y al llegar pensé que estaría llena de gente esperándome, pero estaba sola. Comí y me puse a ver la tele y por fin llegaron todos. Mi hermana me vistió junto con una de mis tías, ese momento fue uno de los más bonitos.
Al salir de la habitación vi al padrino de bodas del novio esperando para leerme la poesía y entregarme el ramo, y allí estábamos los dos rodeados de gente mirando. La poesía fue preciosa y el ramo ideal, sencillo y precioso.
Seguir leyendo »Todos se fueron hacia la ermita, menos el padrino del novio, el mío, que fue mi hermano y yo. Nosotros nos fuimos al rato. Al llegar a la ermita todos estaban dentro. Vi al novio y a su madre en el altar y les saludé y fue entonces cuando me puse nerviosa, se acercaba el momento que más temía, el pasillo hacia el altar. Suerte que mi hermano no me dejó en ningún momento e hizo de todo para que se me pasaran los nervios, incluso fingir una caída, fue divertido pero nadie nos vio.
Llegó el momento que llevábamos un año esperando, la ceremonia. Fue corta y sin misa. La sensación, indescriptible. Al final pensé “muy bien Marta, no has llorado”. Fue entonces cuando llegó mi hermana y leyó un escrito. Me dejó sin palabras. Se la tengo guardada... ¡hacerme llorar en mi boda! Jajaja.
Al salir nos invadió el arroz y los pétalos de clavel, los besos y abrazos con todos, las fotos, las risas ¡y el hambre! Fuimos hacia el Turó del Sol, nos esperaban con rosas y champán y unas mesas repletas de canapés. Allí perdí al novio un ratito, luego le recuperé cuando había probado un poco de todo. El banquete fue estupendo gracias a la profesionalidad de los trabajadores y a la familia y amigos que vinieron. Comimos, bailamos, disfrutamos y en un suspiro todo había terminado, ¡se pasó volando!
Entonces llegó la noche de bodas.
Como nosotros vivimos en Francia alquilamos una masía para estar el fin de semana tranquilos y que los amigos pudieran estar con nosotros sin tener que pagar hotel. Aprovechamos que teníamos la casa y que vino familia de Salamanca, Canadá y Valencia así que al día siguiente nos volvimos a juntar casi todos para una barbacoa. Fue como una boda gitana, la lástima es que después del sábado terminó...
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