La boda de Marcos y Carmen en Mairena Del Alcor, Sevilla

El día de nuestra boda

Ese día nos levantamos juntitos, como un día normal, pero más ilusionados, ¡por supuesto! Me fui a comprar las flores que había encargado para mi ramo, el cual me lo iban a ir entregando en la ceremonia mis mejores amigas, mis hermanas, y mi madre; un momento muy, muy emotivo.

Llegué con mi canasto lleno de flores, le di mi último beso de soltera, y nos separamos para volver a vernos vestidos de bodorrio, jeje. Yo no estaba nerviosa, él sí.

Comí relajada y feliz con mi familia. Marcos me mandó una foto de una notita que le había metido yo horas antes en los gemelos que le regalé por sorpresa. Me dijo: “¿cómo no voy a amarte?”. El corazón se llenó de más amor y de más ganas de verle.

Al bajar del coche con mi padre, sí sentí muchos nervios. Me esperaba Marcos, me esperaba toda nuestra gente. Para mi sorpresa, en el momento en que giré en dirección al jardín donde celebrábamos nuestra boda, sentí una alegría tan, tan grande, y una emoción tan indescriptible, que los nervios que había sentido instantes antes desaparecieron, y se instaló en mí una sonrisa, ¡que según mis invitados no se borró en toda la boda!