La boda de Luis Miguel y Susan en Alcalá De Henares, Madrid

El día de nuestra boda

Aquel día me desperté nerviosa. Llevaba toda la vida esperando que ese día llegara. Repasé los preparativos. Tenía todo: las alianzas, el vestido, los zapatos, el cura y gente dispuesta a pasar un día en grande, entonces, ¿qué pasaba?

Rápido recordé mi preocupación al escuchar el sonido de las gotas de agua chocando contra el cristal de la ventana. Eso era. La lluvia era la preocupación con la que me había acostado la noche anterior.

Me acordé del paseo a Cibeles a llevar los famosos huevos a Santa Clara y muy pronto reparé en que de poco habían servido. Intenté darme ánimos y olvidarme de la tormenta. Me dirigí al salón y allí estaban ellos. La sonrisa enorme de mis padres me hizo evitar mis temores. Desayunamos tranquilos mientras mi padre y mi abuela terminaban de llenar de arroz y pétalos los cucuruchos del amor.

Peluquería, ramo, fotos... Todo hasta que llegaron las 18h. Había llegado la hora de salir de casa para vivir en día más especial de nuestras vidas y allí estaba el sol, deslumbrante y fuerte, secando rápido la poca agua que había quedado de la lluvia, ya efímera.