La boda de Lola y Diego en Madrid, Madrid

Nos hicimos un reportaje de fotos por Madrid, en la puerta de Alcalá y por el centro, unas fotos urbanas. No queríamos perdernos nada de la boda, por lo que nos fuimos al Club de Tiro para compartir con nuestros invitados el cóctel. Una gran idea ya que tuvimos la oportunidad de hablar con todos y pasarlo bien.

Tenía muchas sorpresas para varios invitados importantes para nosotros y fue una cena perfecta y muy romántica. Le regalé a mi marido un corazón con fotos nuestras y unos novios que eran caricaturas de nuestras caras que pusimos en la mesa presidencial. A mis amigas unas galletitas en forma de corazón que ponía "gracias" por lo que me han ayudado y el cariño que me han demostrado. A mis hermanos y sobrinos otra que ponía "te quiero". Mis amigas me regalaron un álbum de fotos con la despedida de soltera y mis amigos de la infancia me hicieron otro con fotos de toda la pandilla desde pequeños.

El regalo a las invitadas fueron unas alpargatas cuidadosamente adornadas con una tarjeta nuestra y plumitas del color de la zapatilla y para ellos unas cajitas de madera con navaja y bolígrafo.

El baile era la banda sonora de El diario de Noa, una canción muy especial para nosotros. En el baile había una "candy bar" con cupcakes decoradas con nuestras iniciales, una tarta gigante de tres pisos de chuches hecha por mí y una mesa para el libro de firmas decorada. En los baños, unos cestibaños para todos los invitados.

Mi marido me tenía una sorpresa final. En el centro del salón, con mis amigas alrededor, cada una con una peonía rosa, fue una a una juntando un ramo, y me lo entregó mientras todos los invitados nos rodeaban con las manos en alto al son de la música. Un momento mágico.

Una boda ideal, muy sencilla pero entrañable, totalmente personalizada que terminó con un maravilloso viaje a la isla de Menorca, donde nos hicimos un reportaje postboda totalmente alucinante en las blancas y turquesas calas menorquinas.