La boda de Kike y Laura en Zaragoza, Zaragoza

Nuestra boda era de tarde, pero aun así nos levantamos pronto y empezamos con peluquerías, estaticen, etc. Fuimos por la mañana al Castillo de Bonavía, que fue donde celebramos la boda civil y el banquete, para acabar de concretar detalles y realizar los últimos preparativos.

Picoteamos algo y empezamos a recibir a nuestros primero invitados, la verdad es que aunque se pasan muchos nervios son ratos geniales que luego recuerdas con mucho cariño.

Llego la hora de vestirse y el caos; no encuentras nada, pero ahí estaban nuestra familia y amigos para tranquilizarnos y ayudarnos en todo lo que fuera menester. Después de todas las fotos con familia y amigas me dejaron sola en la habitación hasta la hora de la ceremonia, tenía que hacerme de rogar. Esos minutos se te pasan como horas.

Al casarnos en esa finca y vestirnos allí, nosotros no cogimos coche para mi entrada, así que mi padre y yo del brazo nos dimos un pequeño paseo hasta donde se iba a celebrar la ceremonia. Esperándome en la entrada del jardín estaba mi chico, guapísimo, y toda nuestra gente.

Entramos en la finca cada uno con la música que había elegido (mi chico con Pink Floyd, wish you were here, y yo con Chambao, verde mar), y se celebró la ceremonia civil. Habíamos pedido a algunos de nuestros invitados que nos dijeran algunas palabras, que fueron muy emocionantes, celebramos la ceremonia de las rosas que quedo preciosa. Y a partir de ahí se acabaron los nervios y siguió la diversión.

El cóctel lo hicimos en el mismo jardín, todo estaba buenísimo, el día era estupendo y todos nos lo estábamos pasando genial.

La cena estaba buenísima, todos nuestros invitados nos han felicitado. Nos dieron infinidad de sorpresas y nosotros nos encargamos de dar alguna que otra, todo salió estupendo. Y de ahí nos fuimos a mover el esqueleto. No somos grandes bailarines pero todo el mundo disfruto con nuestro baile nupcial (si me das a elegir versión de Manu Chao). Y estuvimos hasta lo que el cuerpo aguanto.

La verdad es que todo nos salió a pedir de boca, mejor de lo que imaginábamos, todo el mundo se lo paso genial y no paran de felicitarnos por ello. Ha pasado ya casi un mes desde entonces, pero nuestra boda sigue siendo tema de conversación con nuestra gente. Sinceramente creo que es porque hicimos nuestra boda a nuestra manera, como nosotros somos y si se hace como uno quiere nada puede salirte mal.