La boda de Julián y Meritxell en Vic, Barcelona
Al aire libre Otoño Morado 2 profesionales
J&M
05 Oct, 2013El día de nuestra boda
Nosotros tuvimos dos días de boda. La primera en Sant Andreu de la Barca (lugar donde vivimos) y en el que hicimos la boda legal. Y la segunda en Vic, en pleno bosque con todos los familiares y amigos y con nuestros vestidos de novios.
La boda legal simplemente iba a ser de trámite y digo iba, porque finalmente no lo fue. Como ya suponéis, la familia no aceptó que fuéramos en mangas de camisa a casarnos, aunque para nosotros el día de la boda era el siguiente. Con esta situación nos presentamos Julián y yo en el juzgado de paz de Sant Andreu de la Barca el día 4 de octubre, todos arregladísimos y con las personas más cercanas ( 12 personas incluyéndonos a los novios). El día tendría que haber transcurrido sin problemas, pero como todo lo que se supone, no fue así. Y no fue así porque gracias a mi hermano y testigo, a punto estuvimos de no casarnos.
Como la familia insistió en que teníamos que ir bien vestidos al día de la firma y no sólo el día de la boda, ya nos veis a todos a las 12h en punto de la mañana en la puerta del juzgado de punta en blanco y con las cámaras a punto. En el momento justo que nos hacen pasar empieza a llover torrencialmente. El señor juez nos deleitó con una ceremonia muy actual y nada burocrática (nos llevamos una grata sorpresa) y plagada de tradiciones y curiosidades que nos iba explicando. Cuando acaba toda la argumentación legal, pide a los testigos que se adelanten y le muestren sus DNI. Aquí viene la sorpresa cuando mi hermano se da cuenta de que no va documentado. El juez le pregunta que cómo es posible y mi hermano, que no tiene ni pizca de vergüenza, le responde que la cartera no le quedaba bien con el traje y que se la ha dejado en casa a 20km de distancia. La respuesta del juez fue contundente: si no hay DNI o pasaporte, no hay boda.
Seguir leyendo »En ese instante todos los presentes empezaron a dar soluciones:
(hermano del novio)- ¿puede ser otro el testigo?
(Juez)- No, sólo las personas que abrieron el expediente y que aportaron la documentación en su momento.
(madre del novio)- ¿Y no podemos atrasar la ceremonia para ir a buscar el DNI a Barcelona?
(Juez)- No, porque después de esta tengo otra en el pueblo de al lado y no me daría tiempo.
(Madre de la novia)- Esto es de familia. ¡Yo también me dejé el DNI el día de mi boda y lo tubieron que ir a buscar!
En este momento de pánico colectivo y que mi familia y yo nos estábamos tomando a broma (nos da por buscarle la parte divertida a las situaciones problemáticas y a reírnos de nuestras sombras) se me ocurre una posible solución:
(Novia) - Yo tengo una fotocopia del DNI de mi hermano en mi casa, a 2 calles de aquí, si es necesario puedo ir a buscarla y traerla. El único problema es que llevo tacones, es un quinto sin ascensor y está diluviando, puede que tarde un poco.
Supongo que el Juez pensó que una cosa era el dicho "novia mojada, novia afortunada" y otro el de "novia hecha una piltrafa por diluvio universal, novia afortunada" y decidió resolver la situación haciendo la vista gorda y continuando con la ceremonia.
Finalmente nos pudimos casar legalmente y firmar todos los papeles, tanto los novios como los testigos y pudimos ir a comer a uno de los mejores restaurantes de Sant Andreu de la Barca.
Durante la comida, no hubo ningún incidente pero si que hubo un par de momentos muy emotivos gracias a mi hermano y a mis padres.
El primer momento fue la sorpresa de mis padres: nos habían comprado una tarta nupcial de fondant en la que venían dos figuras de nosotros sentados en la tarta. ¡Eran una copia exacta de una de nuestras primeras fotos como pareja! Mis padres habían llevado la foto al obrador donde yo había encargado el pastel nupcial para el día siguiente y habían encargado otro para el día de la firma. ¡Realmente un regalo muy original y muy personal para un día especial!
La segunda sorpresa fue la de mi hermano. Se acerca a nosotros y nos da una postal tamaño Sagrada Familia en la que rezaba la siguiente inscripción: "Como sé que no os podéis permitir una Luna de Miel porque no esta el horno para bollos (mi marido se había quedado sin empleo hacía poco) os regalo esta postal para que al menos podáis ir apuntando los lugares a los que queréis ir en un futuro. ¡Abrirla y disfrutar!" En el momento que abrimos la postal nos dimos cuenta de que en el interior había un cuaderno de hojas con una portada que ponía "Una semana de Luna de Miel todo pagado en Malta". ¡Mi hermano, el desastre que por poco nos deja sin boda, nos había regalado la Luna de Miel! Como podéis suponer, ese momento fue único y no pude reprimir las lágrimas, ni yo ni mi marido.
El resto del día pasó entre risas y buenos momentos y por la noche me fui a casa de mis padres y mi marido a casa de los suyos, ya que al día siguiente... ¡NOS ÍBAMOS A CASAR!
El día 5 de octubre sonó el despertador a las 6h de la mañana, ya que teníamos que ir hasta Vic (a 1,30h de distancia) para ir a la peluquería y maquillarme y posteriormente desplazarme hasta la antigua rectoría del S. XVII donde íbamos a casarnos en pleno bosque. Yo me levanté descansada, contenta y sobretodo muy tranquila, pero el resto de mi familia no. Todos estaban nerviosos y preocupados porque todo saliera perfectamente y que no nos dejáramos nada en Barcelona. Yo era la que tenía que ir calmando a todo el mundo.
En el trayecto hacia Vic, mi tío me llama diciéndome que por su enfermedad, no se ve capacitado de poder ser el maestro de ceremonia y que por favor, busque un substituto. En ese momento no tube dudas, el único que podía sacar adelante una boda sin preparación previa y con una explicación breve de como era la ceremonia era mi hermano. Me giro en el coche y le informo de que va a ser el maestro de ceremonia de la boda de su hermana. Si las miradas mataran yo llevaría muerta unos cuantos meses. Automáticamente y sin decir palabra, saca una libreta de su mochila y empieza a ingeniar una ceremonia de la nada.
En este plan llegamos a Vic y nos dejan, a mi madre y a mi en la peluquería. Pero los problemas no terminan ahí. Cuando llegamos a la peluquería nos hicieron esperar más de 30 minutos y después tardaron más de 3h en peinarme y maquillarme, cuando el día de la prueba no tardaron ni 2h en arreglarme. Eso hizo que todos se pusieran aún más nerviosos, ya que el horario empezaba a no poderse cumplir y llegarían los invitados antes de que yo pudiera cambiarme. Además, cuando ya me estaban maquillando, recibo un whatsapp de una amiga que me informa de que uno de los coches de los invitados se ha estropeado en la salida de Barcelona y que no saben como hacerlo para llegar a tiempo. Como yo no podía llamar por teléfono por estar con un secador en la oreja, mi madre llamó a mi hermano y le explicó la situación. No sé que estaba haciendo mi hermano ni con quien habló, pero después de poner de vuelta y media al coche de los invitados y de hacer un par de llamadas, solucionó el problema y todos los invitados llegaron a tiempo.
Cuando conseguimos salir de la peluquería, mi padre nos vino a recoger con el coche y un humor de perros. No sé que habían estado haciendo, pero les habían puesto una multa por aparcar en zona azul sin poner el papelito. Lo peores que si que estaba el papelito puesto, pero mi hermano puso su mochila encima y lo tapó. Como veis el día iba mejorando por momentos pero como somos familia que le encontramos el lado divertido a todo, empezamos a hacer apuestas de que más podía salir mal.
Finalmente pudimos llegar a la masía en pleno bosque con el pastel, el vestido y un montón de bultos tapados por una manta en la parte trasera del coche. Por mucho que pregunté, no me quisieron decir que llevaban detrás y con la incógnita me fui a mi habitación a ponerme el vestido y a recibir el ramo de manos de mi suegro. Mientras yo me cambiaba, mi hermano y mi padre se dedicaron a sacar garrafas y más garrafas de agua del coche y todos los invitados alucinando al ver al padre y al hermano de la novia de mozos de almacén y no de punta en blanco.
Cuando ya estuvimos todos cambiados y con sólo 20 minutos de retraso, empezó la boda en pleno bosque del parque natural de Les Guilleries. La única decoración que teníamos eran los árboles y el cielo azul sobre nuestras cabezas. Mi hermano llevó toda la ceremonia y fue muy emotiva. Salieron a leer algunas palabras familiares y amigos y la ceremonia transcurrió de manera muy dinámica y muy cercana, ya que no quisimos nada de formalidades ni de ceremonias típicas. Por ese motivo decidimos que el intercambio de anillos lo haríamos de una manera diferente y encontramos la ceremonia de la arena. Consiste en que el novio tiene un tarro lleno de arena de un color y la novia otro de un color diferente. Estos tarros simbolizan las experiencias que cada uno ha ido acumulando a lo largo de su vida en solitario. En el centro hay un tercer tarro vacío en el cual la pareja vacía sus tarros, uniendo las dos arenas de colores y simbolizando la unión de esas experiencias y la imposibilidad de separarlas a partir de ese momento. El tarro lo tenemos como recuerdo en nuestra casa y cada día nos recuerda la promesa que nos hicimos ese día y que pensamos cumplir durante el resto de nuestras vidas. A continuación y para finalizar, leímos nuestros votos entre lágrimas y risas y mi hermano nos declaró marido y mujer.
Después de la sesión de fotos increíble y muy divertida nos lanzamos a por el aperitivo y posteriormente a por el convite. La comida fue estupenda y de una gran calidad. Toda la decoración iba a juego con la temática de la naturaleza y, aunque fue la única parte de la boda que se hizo en cerrado (era una carpa inmensa en medio del bosque) no dio sensación de estar encerrados y los invitados entraban y salían sin problemas, ya que sólo se tenían que levantar de la silla.
Un momento divertido y que siempre recordaremos es cuando nuestra pandilla de amigos con mi hermano a la cabeza, nos trajeron un regalo. Más bien le trajeron el regalo al novio y me prohibieron que lo ayudara a desenvolverlo, ya que yo tenía otro. Cuando mi marido pudo deshacer el nudo del paquete y lo desenvolvió, todos gritaron como los espartanos en la película de 300 y al son de Espartanos, cual es vuestro oficio, Auh!! Auh!! Auh!! mi marido desenvainó una espada íbera. ¡Le habían regalado otra espada para su colección! A continuación, empezó a sonar la música de Bob Esponja y me hicieron levantar de la mesa y me llevaron dando vueltas hasta una pecera enorme con dos cañas de pescar de juguete. En la pecera, a parte de peces, había 5 cestas repletas de monedas y mi hermano nos indicó que si queríamos el dinero teníamos que pescarlo y al son de Bob Esponja lo intentamos. Con esas maravillas de cañas de pescar de juguete no hubo manera y tuvimos que meter las manos para pescar nuestro tesoro.
Como agradecimiento por todo el trabajo que había hecho mi hermano y por ser simplemente mi hermano, le regalamos el vuelo en parapente que llevaba tiempo queriendo hacer.
Así de contentos se acercó el momento del baile y el que realmente me preocupaba, ya que mi marido y yo somos unos patos bailando, pero todo salió perfecto. Todos los invitados hicieron un gran circulo en pleno bosque y encendieron unas bengalas que les habíamos regalado al inicio de la velada. Cuando todas las bengalas estuvieron encendidas mi marido y yo entramos en el círculo y empezamos a bailar. Fue un momento mágico y que no olvidaremos nunca.
Aunque el día de nuestra boda no empezó con buen pie, al final todo se arregló y fue un día inolvidable y que todos los invitados disfrutaron y nos lo dicen y recuerdan cada vez que nos vemos. Lo que más les gustó, la ceremonia cercana y original y mi ramo de novia, un cesto de mimbre repleto de flores en tonos azules y lilas y con enredaderas, como si acabara de recoger las flores allí mismo.
Lo que he aprendido del día de mi boda es que es imposible que todo salga perfectamente y que hay que aprovechar lo que se tiene. Para las futuras novias: prepararlo todo con el máximo cariño y empeño, pero no os obcequéis y disfrutar lo que suceda el día de vuestra boda, ya que lo que queda en el recuerdo ha de ser positivo y emotivo.
¡Saludos!
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