La boda de Juan y Zoraida en Carmona, Sevilla
Vintage Primavera Azul
El 20/06/2015 607 1 6
J&Z
20 Jun, 2015
El día de nuestra boda
No pudo empezar el día de otra forma, con un mensaje del que hoy ya es mi marido, diciéndome que allí me esperaría. Yo, que no dormí apenas nada con los nervios de que llegase ya la hora, el mensaje me puso peor. Me moría de ganas de ir a ver mis cosas, mi vestido, y mi reacción al verlo fue la que esperaba. Mis lágrimas cayeron de emoción, y me sentía ansiosa de que llegase la hora de ponérmelo.
Creí que las horas se me harían eternas, pero para mi sorpresa, no fue así, y antes de lo que creía, ya estaba preparándome y para ir caminito del altar. Todo emociona a la familia, y solo veía lágrimas de felicidad a mi alrededor, que no sé por qué, me hicieron perder los nervios que tenía.
Y empecé a disfrutar de nuestro día, ese día que toda chica desea desde pequeña, y que a mí ya me había llegado. Y lo mejor es que sabía que mi príncipe azul estaría allí, esperándome en el altar, y toda mi familia y los que nos quieren nos acompañarían para ver el acto de amor que ese día se celebraría.
Seguir leyendo »Al entrar en la iglesia empezó a cantar un coro que para mi asombro no lo esperaba, y, además de las lágrimas de mis damas de honor, de la voz de mi cuñada oía: "Mi hermano, mi hermano está llorando”. Ahora sí que no sabía qué hacer. Le buscaba con la mirada, y no le lograba ver por la gente. Cuando entré en el pasillo central, allí estaba él, secándose las lágrimas de felicidad por verme vestida de blanco. ¡Uf, qué sensación fue esa, que no puedo describir, y que solo las que se han casado y les ha pasado saben cuál es!
Todo fue genial y disfrutamos al máximo de la ceremonia. Estábamos unidos de las manos en todo momento, y éramos solo uno. No podíamos creer que el momento que habíamos deseado durante más de siete años y medio, por fin se estuviese cumpliendo.
No tengo más que darles las gracias a todos, por hacer de nuestro día un sueño perfecto. Pero en especial a él, a mi marido, que siempre me ha hecho la mujer más feliz del mundo desde aquel día de que lo conocí, pero que desde que nos casamos, está haciendo de mi sueño algo que solo lo vives una vez en la vida.
Gracias por existir y por regalarme cada segundo de tu vida, y por hacer que cada uno de la mía sea único y especial.
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