La boda de Juan Carlos y Rocío en Gijón, Asturias
De noche Otoño Azul 9 profesionales
J&R
07 Nov, 2015El día de nuestra boda
La noche anterior a la boda decidimos pasarla con nuestros amigos, yo dormí con mis amigas y con mi madre y mi chico con sus amigos. Después de una noche de risas, recuerdos y últimos preparativos con las chicas, me fui a intentar dormir.
Siendo noviembre y en Asturias el miedo a la lluvia rondaba nuestra boda desde el principio, pero amaneció el 7 de noviembre con un solazo entrando por las ventanas. Era nuestro día y mirando el cielo no parecía que fuera a llover.
Sin entrarme nada en el estómago nos fuimos a Diva Novias a por mi vestido y después a la peluquería. En la peluquería encontré el primer susto del día, me peinaron y cuando me ponen el espejo para verme... Horror. ¡El peinado que me habían hecho no se parecía en nada al que yo había elegido en las pruebas! Me deshicieron el peinado y lo volvieron a hacer, pero de nuevo lo mismo, empezaba a ponerme nerviosa, a tensarme, a dolerme la barriga y a tener muchísimas ganas de llorar, pero a la tercera va la vencida y esa fue la buena. Más relajada salí de la peluquería y me fui a casa de mi abuela, donde me vestiría y saldría de allí con mi querido primo mayor y padrino de mi boda.
Seguir leyendo »Una vez allí se palpaban los nervios, mis abuelos para atrás y para adelante, al padrino se le olvida el cinturón, mi mejor amiga no acierta a vestirse, mi madre no sabe ni donde tiene la cabeza. Mi madre llamó a la wedding planner de Wonder Day para asegurarse que todo iba bien en el lugar de la ceremonia y así era, allí estaba ella con los de la Floristería Raíces encargándose de que todo estuviera perfecto para la llegada de los invitados.
Comencé a vestirme y llegó el segundo problema del día, la cremallera del vestido se atasca y no sube. Después de forzar la cremallera todos los que estaban allí (conmigo poniéndome de los nervios) llamamos a la tienda y María José nos dijo que pasáramos por allí sin problema, que ella me la subía. Mi madre (histérica como estaba) coge el coche y se va dirección a la Quinta del Ynfanzón donde fue la ceremonia y el banquete, olvidándose de mis abuelos en casa. La tuvimos que llamar, que diera la vuelta y los llevara. En ese momento ya me quedo sola con un amigo que me lleva en coche y el padrino, los cuales consiguen que me relaje y me tranquilice.
Después de pasar por la tienda a arreglar el problemilla de la cremallera, tocaba ir rumbo a la Quinta. Los minutos de espera en el coche se me hicieron eternos y mis nervios fueron en aumento cuando al entrar con el coche oía al Cuarteto Asturias tocar mi canción de entrada (Canon en Re de Pachelbel) y allí estaba él, en aquel precioso altar decorado esperándome.
Al bajar del coche los nervios se transformaron en emoción, emoción por la música, por ver a todos los que me importan y quiero, allí mirándome, por verle a él a lo lejos esperándome, por esa iluminación que sobresalía de la noche gijonesa haciendo que ese momento fuera único e íntimo.
El momento de llegar a su lado, al lado del que ya es mi marido fue muy emocionante y muy bonito, un beso en la mejilla, nuestras miradas y decirnos lo guapos que estábamos. La mirada con lágrimas de mi madre, el padrino amontonando mi cola porque no sabía cómo colocarla. Todo era perfecto.
La ceremonia transcurrió perfecta con las intervenciones de las personas que nos quieren y oficiada por un amigo que hizo que todo fuera más bonito, si cabe. La emoción nos podía y las lágrimas no cesaban, pero es que estaba siendo todo tan precioso.
Y llegó un momento sorpresa, mis votos. Había estado practicando en casa una canción y según se acercaba el momento, no sabía si sería capaz de cantarla, pero sí, conseguí cantarlo sin llorar y mirándole a los ojos. Canté un trozo de Hasta mi Final de Il Divo y en ese momento solo estábamos él, yo y nuestras manos entrelazadas.
Cuando acabo la ceremonia nos bañaron en arroz y vinieron las felicitaciones y las fotos. Para las fotos contratamos a FPS Servicios Audiovisuales y a Néstor Fernández he hicieron un trabajo magnífico, no sólo por las fotos, sino por toda la iluminación que aportaron ya que la ceremonia y las fotos de después transcurrieron entrada bien la noche ya que oscurece muy pronto.
Cuando acabamos de hacer las fotos, nos fuimos donde estaban los invitados y nos sacamos las fotos en el photocall y echamos un vistazo al libro de firmas y a la canción de huellas que nos preparó la wedding planner y todo era ideal y con nuestra inspiración musical por lo que entramos a cenar.
La cena estaba espectacular y aunque no pude comer mucho por todos los nervios, estaba todo buenísimo y después de la cena comenzaron las sorpresas a madres, hermanas, amigos. Comenzó un fantástico baile, baile que abrimos con un tango, El Tango de Roxanne, y con una coreografía que estuvimos preparando dos semanas y que salió perfecta. Amenizando el resto del baile estuvo JC Eventos, el cual consiguió que todo el mundo bailara, lo pasáramos fenomenal y fuera inolvidable.
Acabamos cansadísimos, pero todo fue perfecto, incluso con los pequeños sustos del principio. Todo el mundo nos felicitó por la organización, decoración y todo, por lo que nosotros, no sólo estamos encantados porque nosotros disfrutamos y lo pasamos fenomenal, sino porque para nuestros invitados no ha sido una boda, hemos dejado huella.
Os dejamos unas fotos de nuestro gran día, esperamos que os gusten.
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