La boda de Jose Manuel y Elena en Torre Del Mar, Málaga

El peluquero llegó 15 minutillos antes y me pilló secándome el pelo (siempre dejo todo para el final). Estaba bastante tranquila. Nos pusimos manos a la obra. Todo fue muy sencillo, habíamos tenido prueba unos meses antes, así que era todo pan comido.

A eso de las 18:00 llegan los fotógrafos. Mel y Luis, una pareja de publicistas que nos encandilaron con sus fotos. No me suele gustar ser el centro de atención, pero lo hicieron muy fácil. Unas cuantas fotos durante la preparación, con mi perrito, fotos con el vestido, los padres… y ya son las 20:00 horas.

Mi padre, preocupado porque no llegábamos, que no me gusta llegar tarde, decía... y los fotógrafos con nosotros.

Los fotógrafos salieron primero para hacer las fotos de los detalles del sitio y corriendo nosotros.

Deciros que con los nervios del padrino llegamos casi con el novio. Vuelta con el dolor de estómago, ahí estaban los nervios otra vez. Salí del coche me agarré al brazo de mi padre y empezamos.

Según subí las escaleras quería llorar, ya veía a todos los invitados, ellos me miraban... ¿iría bien?, qué angustia tenía que aguantar las lágrimas.

Por fin vi a Jose, con su pajarita roja (estaba segura que iría con algo rojo... le encanta), qué guapo estaba. Dos besitos para salir en la foto y empieza la ceremonia.

Leyeron sus discursos mi cuñada, mi hermano y un amigo por cada parte. El pañuelo ya no secaba más. Toda la ceremonia llorando y yo preguntándole a mí ya marido... ¿se me ha corrido el rímel? Por fin llega mi turno, llevaba una chuleta con lo que quería decir. Me costó arrancar, solo pude llorar, pero de repente todo salió solo, fue muy fácil.

Y lo de después... pues como todas las bodas, comer, besar a muchísima gente, el baile y disfrutar de los amigos.

Nos pusieron un montaje de fotos y videos de gente que no había podido venir a la boda, que me hizo darme cuenta de la suerte que tengo por tener a tanta gente maravillosa a nuestro alrededor. Fue, sin duda, un día inolvidable.

PD: Al que lea esto antes de casarse, que no se preocupe por las pequeñeces. Si los meseros quedan bien o no, los regalos… hay que disfrutar de la gente al máximo y hacerse miles de fotos.