La boda de Jose Antonio y Anna en Santomera, Murcia

Todo lo que pasó después lo recuerdo como si no pasara conmigo. No dejaba de creer que todo lo que estábamos planificando tanto tiempo, se estaba sucediendo. ¡Y pasó tan de prisa! Nada más salir de la casa ya estaba en el salón de bodas yendo por el pasillo con mi padre y mirando a mi novio. Nunca lo había visto tan feliz y tan guapo como aquel día. No me podía creer que me estuviera casando con este chico tan fantástico.

Tuvimos una ceremonia civil, así que en las lecturas a nuestros amigos y familiares les dimos total libertad de expresión. Fue muy bonito, nos sorprendieron con mucha sinceridad, amor y anécdotas. Reímos y lloramos todos como niños.

Después de que nos pusimos las alianzas, todo fue ya mucho más relajado. Tuve mi primer trago de bebida (casualmente fue la cerveza) casi en todo el día, me relajé y me puse a disfrutar la cena, los bailes y las risas de los invitados.

La mejor sorpresa nos dieron nuestros amigos que nos grabaron un video muy gracioso: fue sobre una botella viajera que "aparece" en casa de cada uno de ellos y cada uno le mete dentro una nota. Luego nos entregaron la botella con un rosal dentro.

Total, que tanto nosotros como nuestros invitados disfrutaron de la boda. ¡Fue muy íntima, simple y bonita!

P.D.: Una pequeña advertencia, pedir a vuestros invitados que os tiren el arroz en los pies, o sustituidlo por pétalos o confeti, porque a mí me tiraron el arroz a la cabeza con todas las ganas y luego tardamos una buena media hora para sacar todo el arroz del pelo.