La boda de Jorge y Patricia en Valladolid, Valladolid

El día de nuestra boda

Aquel maravilloso día, fue un torbellino de emociones. Empezamos el día prontito desayunando en familia. Después, tuvimos que ir a hacernos una PCR para el viaje de novios… ¡Y yo me fui con los rulos al hospital! Más tarde, empezaron los nervios durante los preparativos, lágrimas, besos y abrazos… Y tras pasar el umbral de la iglesia, mis piernas empezaron a temblar. Después de la ceremonia, todo fue rodado. La finca del banquete fue magnífica, y lo que tanto habíamos preparado, imaginado y soñado se había hecho realidad. Fue una boda muy bailonga e inclusiva, pues queríamos que los protagonistas también fueran los invitados. Había fotos suyas en carteles de gracias, nuestro baile de novios acabó con el limbo, y durante toda la comida sonaban canciones y cada mesa tenía que levantarse, etc. Mucha gente nos felicitó por haber hecho una boda tan disfrutona y emocional.