La boda de Jordi y Eliana en Orista, Barcelona
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J&E
14 Jun, 2015El día de nuestra boda
Me levanté a las 5:30 de la mañana para ir a buscar a mis padres e ir de camino a Masia Vilasendra, donde quedamos con la peluquera y maquilladora para que nos arreglara a mi madre y a mí. Llegamos unos 20 minutos tarde y eso hizo que luego fuéramos un poco a contrarreloj. La masía tuvo el detalle de dejarnos una habitación espectacular para que nos pudiéramos arreglarnos y vestirnos tranquilamente. Sobre las 11:30 llegaron los fotógrafos y mientras mi madre se estaba acabando de arreglar, me fueron haciendo fotos de los accesorios, del vestido,...
Sobre las 12:30, más o menos, subió el padrino para darme el ramo y recitarme su escrito, que la verdad fue muy bonito. Desde la ventana de la masía podía ver como los invitados se esperaban para la ceremonia. Allí es cuando me dio un vuelco al corazón. La verdad es que durante toda la semana estuve histérica por los nervios, pero cuando llegó el día tuve muy pocos nervios. La verdad es que pasa todo tan deprisa que no te da tiempo.
Seguir leyendo »Bajamos a la zona del jardín y todo el mundo ya estaba preparado, solo faltábamos los protagonistas. Con la canción de Boig per Tu (Shakira) entró mi novio y su madre, detrás le seguían mis sobrinos con los anillos, mis primas tirando pétalos y para finalizar, yo y mi padre con la canción Me enamoré (Georgina).
La ceremonia fue muy breve (25 minutos), ya que a nosotros no nos gustaba que se alargara demasiado. Allí hicimos el ritual de la rosa, mi cuñada leyó un texto del Principito y un amigo nos regaló unas bonitas palabras.
Al salir de la ceremonia, después de todas las felicitaciones, dejamos a los invitados en buenas manos. Empezó el aperitivo en el jardín a cargo de catering Nandu Jubany (uno de los mejores caterings de Catalunya) y nosotros nos fuimos hacer cuatro fotos contadas, ya que nosotros también queríamos disfrutar del aperitivo.
Cuando llegamos al aperitivo, la gente no paraba de hablarte de que la comida estaba espectacular y que ya no podían seguir comiendo. La verdad es que comida ni bebida no faltaba por ningún lado. A nosotros nos trajeron una pizarra grande donde estaban todos los aperitivos que nos habíamos perdido hasta el momento (un gran detalle). Por otro lado, los niños disfrutaban de su aperitivo particular en otra parte del jardín, ya que nuestro aperitivo no era comida para niños. Contratamos a dos chicas que se ocuparon de mantener distraídos a los niños durante todo el día hasta la hora del baile. Les dieron de comer, estuvieron jugando y los padres pudieron disfrutar del día sin estar pendientes de ellos.
Después, hicimos las fotos grupales. A la entrada del salón, entramos bailando Grease con una coreografía previamente ensayada que luego al final se ponían todos los amigos a la parte de atrás para acabarla de bailar con nosotros. Fue muy divertido, ya que la gente no se lo esperaba.
Cuando nos sentamos, nos trajeron el primer plato, que era una coca de foie con fruta y nos dimos cuenta que no nos entraba nada, que se nos cerraba el estómago y allí no hay quien se lo coma todo. Se ve que es normal en los novios. El segundo plato era solomillo de carne que te lo emplataban en la mesa juntamente con dos acompañamientos y una salsa de carne buenísima. Te ponían tres trozos y luego pasaban por si querías repetir, ya que si te ponen mucho de golpe se podía quedar frío. El resultado fue que la gente no paraba de repetir y eso es buena señal. El prepostre fue una copa de sorbete de limón con gintonic. El pastel no era propiamente un pastel, nos traían una bola de chocolate gigante con bengalas y nos daban un martillo a cada uno y se trataba de romperlo para descubrir la figura de novios que estaba dentro. El postre fue una galaxia de chocolate que le tiraban chocolate deshecho por encima y se deshacía y quedaban al descubierto unos profiteroles en el interior.
Nosotros nos fuimos a hacer entrega de los regalos a las parejas y amigos mientras los invitados hacían cafés e infusiones y gintonics o digestivos. Hicimos 6 partes de entrega de regalos, ya que nos dijeron que más podía ser pesado para la gente.
Luego pasamos a entregar los detalles. Dimos colonias en miniaturas y un portafotos con la foto grupal y una foto nuestra muy divertida. La verdad es que decidimos hacer esto porque queríamos regalar cosas útiles y no para tirar. La gente se extrañó, se pensaban que las tenían que pagar.
Luego salimos del salón y fuimos a la parte exterior, que hay como un olivo centenario y allí es donde se hizo el baile. Abrimos el baile con una canción de la Laura Pausini, “Quiero decirte que te amo”. Al ser domingo por la tarde, la gente se fue progresivamente, ya que al día siguiente trabajaban o tenían cosas que hacer.
Nosotros nos quedábamos a dormir en la masía, ya que nos dejaban una habitación. Al día siguiente nos trajeron el desayuno a una terracita que se estaba la mar de bien. Y todo lo que en un año y medio habíamos planeado, ya se había acabado. Ahora nos tocaba disfrutar de toda una vida por delante.
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