La boda de Jesús y Lidia en Arbuniel, Jaén
Al aire libre Otoño Morado 2 profesionales
El 14/10/2017 95 0 0
J&L
14 Oct, 2017
El día de nuestra boda
¡Buenos días a todos! Hoy, casi un mes después de nuestro gran día, quería compartir con vosotros ese día tan mágico y especial que nunca olvidaremos.
El día amaneció espectacular, hacía una temperatura estupenda. Yo dormí en el hotel donde nos casábamos y fui con mi madre y mis tres grandes amigas (una era la que oficiaba mi boda y las otras dos mis damas). Esa noche de antes con todas ellas fue llena de risas y algo de nervios.
A las 7 de la mañana ya estaba allí la peluquera y yo estaba un pelín nerviosa, pero muy poco, para mi sorpresa, pues soy supernerviosa. Yo misma estaba sorprendida de cómo estaba así.
Cuando bajamos a desayunar vi a la decoradora y se me saltaron las lágrimas cuando vi las flores tan bonitas que había traído para el lugar. Me dio mi ramo los brazaletes para mis amigas y los prendidos para mi ya marido y mis tres sobrinos, dos de ellos los padrinos y el otro nos acompañaba con un cartel. Era perfecto todo, justo el color que quería, mi favorito. No creía que iba a quedar tan bien.
Seguir leyendo »Empezaron a llegar mis hermanas, algunos amigos que tenían habitaciones y los fotógrafos y los pocos nervios que tenía se esfumaron. De verdad, no me lo creía. Simplemente era feliz y estaba disfrutándolo a tope. Cuando me puse mi vestido... Moría de amor, era tan bonito...
Estando en plena sesión fotográfica oigo que llega el novio. Íbamos a hacer un first look, así que ya estaba deseando bajar a verlo. Fue alucinante. Sabía que iba a ir guapo, pero... Fue muchísimo más de lo que esperaba. Era mi príncipe, estaba espectacular y solo lo estaba viendo de espaldas. Cuando lo vi de frente, madre mía, era aún mejor.
Ese momento estuvo chulísimo, él estaba supernervioso, hacíamos bromas entre nosotros y los fotógrafos y cuando se dio la vuelta y me vio alucinó. Yo pensaba que no le iba a gustar mi vestido, pero le encantó.
Él se bajó a la ceremonia cuando escuchó su canción y a continuación me tocaba a mí. Fue difícil aguantar el tipo porque fue muy, muy, muy emotiva con todo lo que nos dijeron y con nuestros votos. Yo creo que nunca había visto a Jesús tan nervioso y emocionado en la vida, vi su lado más tierno y delante de todo el mundo. Algo impensable, vaya. Todo el mundo me dijo que los habíamos hecho llorar.
Nos hicimos unas fotos solos mientas los invitados estaban en la copa de espera y ya pasamos a la comida. Todo riquísimo, la gente estaba alucinando de los platos tan grandes que había y de que podían repetir todo lo que quisieran.
El momento tarta fue muy chulo. La figurita llevaba una perrita, nuestra Kiara, que no podía acompañarnos porque no hubiera parado quieta, es un torbellino, y Jesús y yo la mirábamos y sin decir nada sabíamos que pensábamos igual en ese momento. Ojalá hubiera estado allí.
Y llegó el baile. Todo un mes y pico largo ensayándolo cada día y cada día yo regañando a mi marido por cualquier tontería y llega el día y... ¡Me equivoco yo! No estaba concentrada o yo que sé y me salté unos pasos. Recuerdo que me dijo: "nena, te has equivocado" y yo le solté: "ya, ya, disimula disimula que nadie lo sabe". ¡A la gente le encantó! Yo pensaba, pues anda que si veis el verdadero...
En definitiva, para nosotros un día perfecto, aunque hubo algún pequeño contratiempo, pero no nos importó, solo disfrutamos, reímos y bailamos, que es lo que importa, y repetiríamos ese día mil veces más.
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