La boda de Jesús y Cecilia en Zaragoza, Zaragoza

El día de nuestra boda

Después de más de una década juntos decidimos que nos íbamos a dar el: “Sí, quiero”, y que lo íbamos a hacer a nuestra manera. Así comenzó un año repleto de preparativos en el que poco a poco fuimos dando forma a nuestro día, mimando cada detalle y haciendo casi todo con nuestras manos, para que cada parte del proceso llevara un poquito de nosotros y de nuestra ilusión. De esta forma disfrutamos de un año realizando actividades, algunas hasta ahora desconocidas para nosotros como el bricolaje, en las que nos divertimos y compartimos momentos fantásticos y que nos permitieron vivir de otra forma ese día que tal y como nos había advertido todo el mundo se hace muy corto.

En nuestro caso, la celebración comenzó el día de antes con una pequeña fiesta preboda que compartimos con la familia y amigos en un bar y continuó al día siguiente con las peluquerías y las fotos. Parecía que estábamos tranquilos, pero al llegar a la finca y ver a todo el mundo esperando se te hace un nudo en el estómago, una mezcla de emoción y nervios muy difícil de describir. Recuerdo salir del coche y mirarnos a los ojos, ya que no sabíamos nada el uno del otro de cómo íbamos a ir vestidos, ni peinados, sentir el calor del sol un 28 de octubre y pensar; nada puede salir mal hoy. Y así fue, salió un día espectacular, la ceremonia fue preciosa oficiada por un amigo nuestro y en la que todos, incluidos nosotros, participamos. Disfrutamos del cóctel y la comida con la familia y amigos y de un increíble fin de fiesta. Un día inolvidable.