La boda de Javier y Sarai en Pueblo Artica, Navarra

El día de nuestra boda

Las dificultades transformadas en virtudes. Nos decidimos por una boda íntima y familiar. Iglesia pequeña, familiares y amigos muy muy cercanos... 23 en total. Elegí un vestido provenzal que junto con el ramo y el peinado me dieron un estilo romántico con el que me sentí muy cómoda. Las melodías en la iglesia fueron ideales para el tipo de boda: guitarra y viola. Los fotógrafos hicieron un buen uso del sentido del humor y nuestros invitados se divirtieron mucho, además de quedar muy espontáneos. Hicimos fotos en el mismo lugar que mis padres. Sorprendimos a los invitados con una preciosa bachata de la bella y la bestia y el vals del Danubio Azul.

Pensamos, como apasionados del baile, que qué iba a ser de una boda sin baile... Pues bien, superó nuestras expectativas con creces. Todas las personas que nos quieren y valoran no dejaron de darnos una sorpresa en cada instante. Sin reponerme de una sorpresa tenía otra... Un videomontaje y recorrido desde la infancia y de novios, vídeos de personas que no pudieron estar, flores y cartas de nuestras personas queridas que no pudieron estar presentes, fotos instantáneas ordenadas en una cajita, una noche en balneario Elgorriaga, una noche en basoa suite (casa- árbol- bosque), una carta a mi madre, enferma de cáncer, y a mi padre...