La boda de Jacint y Maria en Sallent, Barcelona

• Cómo no, todos los familiares, amigos y amigas que asistieron a nuestra fiesta. Dicen que los protagonistas fuimos nosotros (novios), pero nosotros creemos que sin todos ellos y todas ellas no sería lo mismo. Llegar al altar y ver que tienes a toda la gente que más aprecios allí... Hace que se te ponga la piel de gallina.

Gracias a todos y cada uno de ellos y ellas para formar parte de nuestro día. ¡Os queremos! Ahora bien, después de hacer un pequeño agradecimiento, haremos un pequeño escrito de cómo fue todo aquello: Un día más empezaba, pero no era como otro cualquiera, el gran día esperado había llegado. En casa cogíamos los últimos detalles que nos teníamos que llevar, y mientras yo estaba en el barbero, Maria estaba en la estética. Por cierto, ¿cuántas veces habré oído esta palabra? Estética, estética... Bien, la cuestión es que ya estábamos de camino al Mas de la Sala y una vez llegamos nos pusimos a trabajar. Que si las luces “J&M” van aquí, las teloneras las ponemos allá, los conos con el arroz algo más allá, los abanicos y los sombreros junto a las teloneras quedaría guapo, la cortina del photocall y todos sus accesorios en otro rincón... Cuando nos dimos cuenta, ya eran las 13:00h.

Los familiares más cercanos empezaban a llegar y claro, saluda, habla, acompaña hasta recepción y, si hace falta, hasta la habitación. Que nosotros lo hicimos encantadísimos, pero sabíamos que íbamos un poco justos de tiempo. Maria ya se quedó en su habitación con la maquilladora, la peluquera, su madre y su mejor amiga. Yo continué preparando más cosas junto a mi cuñado, el suegro y mi padre... ¡suerte tuvimos! Eran las 13:40h y a las 14:00h tenía sesión de fotos/vídeo. Rápido hacia mi habitación, bajando paré al bar para pedir una cerveza, llené el jacuzzi y… ¡relax! Relax de 10 minutos porque ya tenía los fotógrafos y mi madre en la puerta. Son las 15:10 y ya vuelvo a estar cambiado para continuar preparando últimos detalles y, sí, Maria continúa cerrada en la habitación con las mismas personas de antes pero ahora, además, con los fotógrafos. La ceremonia empezaba a las 17:00h y eran las 16:20, todavía estábamos ultimando un par de cosas. Rápido otra vez abajo, este golpe sin cerveza ni jacuzzi, me cambié de nuevo y… ¿he comido? No, no comimos ni Maria ni yo, ¡los nervios se ve que ya acostumbran a hacer estas cosas! A las 17:00h entro con mi madre dirección al altar mientras mi prima me canta (voz en directo) su versión de Dreams de The Cranberries. Llego al altar y le doy dos besos a mi madre. Cuando levanté la cabeza y vi que toda la gente que me estaba mirando eran personas que quería... alguna lágrima mejillas abajo cayó. Momento esperado, Maria empieza a entrar del brazo de su padre, guapa y radiante como ella sola y, además, al paso de la canción Perfect de Ed Sheeran tocada por su hermano y cantada por mi prima. De fondo se iba oyendo “¡guapa!”, “¡guapa!”. La ceremonia fue a cargo de Montse Fornells, una gran amiga nuestra, donde nos dedicó unas bellísimas palabras. Aun así, lo hicieron Laura (hermana del novio), Cèlia (gran amiga de la novia) y la misma Maria, puesto que me dedicó unas bonitas palabras como regalo de aniversario. Muchas emociones a flor de piel. Pau y Ariadna nos trajeron las sortijas cogidas de la mano, ¡qué imagen más bonita! Ah sí, no faltó el beso: “podéis daros un beso”. Un pasillo de gente nos esperaba cargados con conos de arroz... parecían guerrilleros diciendo: ‘’veníd, veníd, veníd que os estamos esperando’’. Dicho y hecho, kilos de arroz inundaron por instantes el cielo del jardín. Los invitados e invitadas fueron a beber un poco, puesto que hacía mucho calor y, mientras tanto, íbamos tirando las fotos de grupo. A continuación, nosotros fuimos a hacer fotos a la Sèquia mientras el resto de la gente continuaba con sus refrigerios y el aperitivo. Cuando volvimos el aperitivo estaba acabando, pero nos habían guardado restos para comerlos en el restaurante. Allí pudimos desconectar por instantes de todo lo que estaba pasando fuera y, además, estuvimos bien fresquitos allí dentro. El sorteo del nombre de las mesas también nos lo perdimos, pero la gente estaba entusiasmada. Puesto que a mí me gusta el fútbol, pensamos en hacer unos escudos y unas chapas para cada mesa.

No fue fácil, pero gracias a Ivan, un primo que tiene dones por estas cosas, lo pudimos salir adelante. Pimpladors de Oporto, Farts Como Bacons, Ternasco da Gana, Aston Birra, Fc al Váter Empujen... La cena fue genial, y estaba todo muy bueno. Las mesas de juventud se iban inquietando, cosa más que normal. Hicimos entrega de los detalles que teníamos preparados y alguno que no sabíamos. El primero fue celebrar mi aniversario, por si no os lo había dicho hacía años el mismo 29 de junio, junto con mi primo Jordi. ¡Se llevó una buena sorpresa!

A continuación… ¡sorpresa! Maria me hizo un regalo. Un regalo especial de una foto del día que fuimos a hacer la pre boda. A continuación, ya pasamos a hacer entrega de los detalles que teníamos preparados y alguno que no sabíamos. Regalo de un cuento personalizado a cada uno de los niños que vino, un cuadro con una foto nuestra a cada uno de los padres, regalo escapada a los hermanos, hicimos entrega de las figuritas de los novios, entrega del ramo, detalle a la ceremoniante, detalle a la cantante…¡Un regalo imprevisto de la pandilla! ¡Una maza de la Patum personalizada con nuestras caras! ¡Qué detallazo! Para acabar, hicimos entrega del detalle a cada uno de los asistentes de aquel día. Una cartulina A-3 doblada por el medio, a la portada la impronta de nuestras manos con forma de corazón y nuestros nombres y la fecha en medio. Cuando abrías la cartulina, arriba había un escrito personalizado y, en la parte de debajo, había la foto que nos habíamos hecho en grupo después de la ceremonia. La gente valora más un detalle más personalizado, que no cualquier otra cosa. También es verdad, que requiere mucho más trabajo. Bien, era el momento del baile nupcial. Hicimos un mix de 4 canciones, empezando con “Quan calla la ciutat” de Txarango, continuando con “Deja vu” de Prince Royce y Shakira, seguidamente con “La cintura” de Alvaro Soler y acabando con “Cuban Estallo” de la película La Máscara. ¡Fue todo un éxito! ¡Los ratos de ensayo valieron la pena! Y, a partir de aquí, ya os podéis imaginar. Música, fiesta, risas, bailar, beber, hicimos bailar la masa y, en general, historias a compartir con todas las personas. La fiesta se acabó y acompañamos a todas las personas que bajaron con bus. Agotados, todavía nos quedaban fuerzas para quedarnos a hablar un buen rato con los más íntimos y, cuando hicimos el pensamiento de ir a la habitación, ¡Sorpresa! Estaba llena de papel del WC, muebles separados, prendas de ropa para todo por todas partes... ¡cómo si hubieran montado una fiesta aparte dentro de nuestra habitación!

Teníamos que pagar la novatada de habernos casado.