La boda de Germán y Elisabeth en Quintanar De La Orden, Toledo

El día de nuestra boda

El día de mi boda fue mucho más bonito, increíble y emotivo de lo que yo nunca imaginé. Los nervios empezaron en el momento en el que vi a los fotógrafos entrar por la puerta de mi casa, ahí realmente me di cuenta de que realmente mi día había llegado. Se hicieron muchas sorpresas, las cuales de unas era yo partícipe y otras la sorprendida, evidentemente.

Como buenos moteros que somos mi marido y yo, los amigos con sus respectivas motos nos custodiaron hasta la iglesia. La misa fue emotiva, amena y divertida. Mi marido es director de una banda, por lo que a la salida nos encontramos a la banda para tocarnos 3 marchas, una de ellas, tocando mi marido, para mi gran sorpresa, mientras los invitados soltaban globos blancos de helio hacia el cielo por un fallecido nuestro. Fue un momento emocionante.

En el restaurante tanto familia como amigos nos hicieron pasar un día extraordinario, lleno de sorpresas, bailes, regalos, besos, abrazos, sin duda, un día para no olvidar jamás, ya que todo salió según lo planeado, los invitados quedaron encantados tanto con la boda como con el trato del lugar de celebración y de los novios. Durante muchos años he soñado cómo podría ser el mejor día de nuestras vidas, y la realidad lo ha superado con creces, puesto que ha sido más mágico y maravilloso de lo que yo siempre soñé.