La boda de Gerard y Cristina en Canet De Mar, Barcelona
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G&C
30 May, 2015El día de nuestra boda
Para mí todo empezó cuando estrenamos el mes de mayo, a partir de entonces sí me comenzaron a invadir los nervios. Todavía quedaban muchas cosas por hacer y mil detalles que acabar. Es un mes donde realmente disfrutas construyendo un día que luego vas a vivir con mucha intensidad y te darás cuenta de que todo esfuerzo ha valido la pena.
El día antes ya has ido a la peluquería por si quieres arreglarte ese color de pelo, o arreglarte puntas y es el día de poner bonitas tus manos, tenerlo todo preparado… Pero, sobre todo, creo que es el día en el que pasar las últimas horas con tu familia es algo muy especial. Yo al mediodía me despedí de mi marido y me dediqué a estar con mis padres y mi hermano y les invité a cenar. La verdad que fue una noche mágica. Teníamos la sensación de que mañana íbamos a vivir el mejor cuento de hadas jamás leído.
Llega la mañana, bien soleada, por cierto. ¡Y lo primero que pasa y que no ocurre un día normal es que mi familia me mandó un centro de flores precioso! Te das cuenta de lo importante que es este paso que vas a dar y lo mucho que te apoyan y te quieren. ¡Ese día todo el mundo está arreglándose para celebrar nuestra fiesta, qué sensación!
Seguir leyendo »Empecé a peinarme a media mañana, comimos y toca maquillarse. Llegan los primeros familiares a casa y los fotógrafos. Ese día no dejan de decirte lo guapa que estás. La sesión de fotos en casa es un momento único, sabes que va a ser un gran recuerdo con tu gente más querida.
El momento del verso del padrino es algo muy especial. En mi caso, el hermano de mi marido. Cuando entra por la puerta con el ramo… Te das cuenta de que realmente el cuento ha comenzado. Esas palabras dedicadas, preciosas y que emocionan a cualquiera. Gracias.
Toca dirigirse a la iglesia, ¡uf! el momento con más nervios para mí. Allí va a estar todo el mundo; familiares, amigos de siempre, amigos que han venido desde lejos, compañeros de trabajo…Y todos para compartir tu felicidad. Cuando llegué allí, la gente estaba entrando y vi de lejos a mi marido. ¡Iba guapísimo! Pensé la suerte que tenía de casarme con él.
Llegamos al Santuario de la Misericordia (en Canet de Mar) con un Audi alquilado que fue el regalo de mi hermano, precioso por cierto ¡Gracias! Y ese momento de bajar del coche y ves desde abajo que la gente ya está girada con las cámaras preparadas para ti… ¡Es fascinante!
La entrada al Santuario con la canción que elegí (en mi caso la de La Bella y la Bestia) con mi padre es un momento increíble. El camino que he recorrido con mi padre hasta el día de hoy, paso a recorrerlo con mi futuro marido. Y no hay nadie mejor que mi padre para ceder ese cambio de camino. Él nos dedica unas palabras a los dos que nos emocionan y que te hacen ver lo mucho que mi padre nos quiere.
La ceremonia no fue muy larga, fue incluso un tanto curiosa. Ya puestos los anillos, nos dirigimos ya como casados hasta la salida donde nos espera todo el mundo con pétalos y arroz y todas sus felicitaciones y buenos deseos. En mi caso, aquí, ¡acabaron los nervios y empezaba la emoción! ¡Nos hacemos las fotos oficiales y camino al banquete!
El banquete lo hicimos en Santa Helena (Cabrera de Mar). ¡Gracias por todo! Llegamos allí, nos hicimos unas fotos en los jardines (¡fotos por Joan Selva, gracias también!) y no quisimos perder mucho tiempo puesto que preferíamos ganarlo junto a nuestros invitados. ¡El aperitivo lo hicimos en una terraza de arena y cuando entramos vimos los novios hechos de globos y personalizados que quedaban muy graciosos y a la gente les encantó! Allí ya estábamos más relajados y comimos y hablamos con todo el mundo. ¡Y fotos, muchas fotos!
La gente alucinó con los detalles de boda (caricaturas) y el seating plan que hicimos. Pusimos un cono de chucherías para los más pequeños y montamos un buffet de cerezas (por nuestra cuenta). Tuvimos mucha suerte con el sitio porque la gente nos felicitó por la cantidad y la calidad de la comida.
Entramos al salón con mucha marcha y empieza la cena. Entre platos y platos se hacen las entregas de novios, amigos, hermanos, padres, ramo, ligas… Y así un sinfín de momentos inexplicables que la única manera de saber que se siente es viviéndolos.
¡Por último, llega el baile y la fiesta! ¡Nosotros pusimos un fotomatón diferente donde la gente se lo pasó genial, había cola para hacerse las fotos! Vimos que nuestros invitados disfrutaron mucho y eso es lo que realmente valoramos. Así que, para finalizar, nuestro día fue perfecto para nosotros. Es un día tan donde posiblemente sea el único de tu vida donde tengas a toda tu gente reunida para estar contigo en un momento tan especial.
¡Muchas gracias a todos los que formaron parte de él porque jamás lo olvidaremos!
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