La boda de Esther y Alberto en Madrid, Madrid
Elegantes Verano Rosa 3 profesionales
E&A
24 Ago, 2013El día de nuestra boda
¡Y llegó el día! Tras un año de preparativos, detalles, compras, nervios y colocaciones llegó el día 24 de agosto.
Empezamos un día normal, con un desayuno rápido, como cada mañana, y nos fuimos cada uno a casa de nuestros padres para empezar "de verdad".
En la peluquería, normal, los dos tan tranquilos, como si fuera un día cualquiera con la gente de siempre y las mismas risas pero llegaron los fotógrafos. Yo, en ese mismo momento me di cuenta de que no se trataba de una prueba, ni de un ensayo, sino que de verdad había llegado. Así que empezaron todos los nervios que antes no teníamos.
Ya más calmada regresé a comer algo y vestirnos y cuando estaba recién maquillada y peinada veo un gran centro de flores precioso con una tarjeta que habían enviado unos amigos. Aquí ya empecé con las lágrimas. Mientras tanto Alberto, tras su sesión de "pelu" y cañitas correspondientes, en un manojo de nervios y sin saber qué hacer, se marchó para la basílica llegando 1 hora antes. Eso es puntualidad, pero a las 4 de la tarde un 24 de agosto.
Seguir leyendo »Finalmente, y tras un camino increíblemente largo en la limusina llegamos a la basílica. Impresionante el momento, los "peques" esperando fuera pero sabiendo que el resto de tu gente estaba dentro. Una vez entré lo primero que hice fue mirar al novio, la cara que tenía, una mezcla entre felicidad y sorpresa, uno de los instantes más emotivos y por supuesto, mirar casi sin ver al resto de la gente. El resto del transcurso fue normal, o medio normal, se nos alargó un poco la misa y no pudimos entrar a firmar donde se hace, sino en el altar y muy rápidamente porque la siguiente boda empezaba y no nos dejaban tirar arroz ni quedarnos en la puerta. Fue un pequeño contratiempo al que no le dimos demasiada importancia porque finalmente tiramos arroz y saludamos a la gente y lo de firmar ¡pues que se le iba a hacer!, preferimos disfrutar del resto de día y vivir cada momento a enfadarnos por eso. ¡Y qué bien hicimos!
Después nos fuimos a hacer unas fotos a Gran Vía, fue un momento muy divertido y lo pasamos fenomenal con los fotógrafos Fotomadriz. Después de tantos nervios y emociones viene genial pasar un momento de "desconexión" entre la iglesia y el inicio del cóctel, aunque sí vi que es muy importante con quien vayas. Los fotógrafos, que al fin y al cabo son con quien compartes ese día, son la clave para pasarlo bien y estar a gusto. En eso tuvimos muchísima suerte al contar con ellos, y si repetimos, ¡los volveríamos a elegir sin dudar!
Llegamos al cóctel, increíble, amenizado con un trío y soprano, Arc Roseaux, que me encantan, pero que apenas pude disfrutar. A los demás les encantó. Después estuvimos un buen rato saludando a gente y me dio la sensación de que no acabamos de saludar a todos cuando ya nos estábamos despidiendo. Todo pasó tan rápido… ¡Ah!, dijeron que todo estaba muy rico porque nosotros apenas probamos, nos reservamos más para una cena tranquila.
Después de cenar nuestros padres repartieron los regalos y nosotros, un pequeño detalle, así aprovechamos para saludar a todo el mundo y preguntarles qué tal todo pero de nuevo volvimos a enrollarnos mucho por lo que el maître del complejo nos metió mucha presión y no nos dejaba tranquilos diciendo que empezaba ya la barra libre o nos la cortaba, así que tuvimos que empezar sí o sí antes del vals. Aún así perdimos casi 1 hora de contratación porque no sabíamos que a las 5 nos teníamos que ir, ni nos habían avisado.
Continuamos con el vals, un poco diferente, con la canción del vals de la cenicienta. La cortamos a mitad e hicimos un flashmob con los amigos y gente que se apuntó a última hora. Lo pasamos de cine y además tuvimos photocall. Para compensar tanta diversión hubo algunas lágrimas con la entrega de ramo a mi madre, que no se lo esperaba, y un vals para los que se casan en breve. En todo esto también nos ayudó muchísimo el dj, SergiCC, con un despliegue impresionante de luces, sonido y humo.
Apenas sin darnos cuenta ya había pasado el día, ya estaba amaneciendo y nos teníamos que ir aunque hubo gente que se quedó a dormir. El día siguiente lo pasamos más tranquilos en la piscina y comiendo allí.
Lo importante y lo que nos queda es haberlo disfrutado como niños, !todo lo que nos reímos! Yo acabé con dolor de mejillas y no imagináis lo bien que se lo pasó la gente. Merece la pena toda la organización y el trabajo que lleva aunque sea por unas horas porque son inolvidables. Y sobre todo os recomiendo a las personas que yo por suerte contraté: Fotomadriz, SergiCC, VoosAtelier, Arc Roseaux, Starlim que ayudan y colaboran para que ese día sea perfecto y tú no tengas que preocuparte de nada.
Disfrutad, sin enfados, porque siempre algo fallará y pasadlo bien.
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