La boda de Estefania y Juan Carlos en Canet D'en Berenguer, Valencia

El enlace fue sin duda de película, he de decir que nunca había ido a un enlace civil, el mío fue el primero y teniendo en cuenta el tiempo que le dediqué a este acto, creo que no podía haber salido mejor. El oficiante y el organizador de casi todo fue un amigo mío, lo que hizo que la emoción se dispara mucho antes de llegar los momentos del sí quiero. Mi amigo Mike que ya había asistido a varias bodas contratado para tocar el piano y cansado de que la mayoría del público le hiciera el mismo caso a la música que a los gorriones del jardín, decidió dar un giro a la ceremonia y que esta girara en torno a la música y al piano. Así que él se encargó de elegir varios temas y de tocar antes y después de dar paso a algunos de nuestros familiares y amigos que nos dijeron unas palabras. Todo esto hizo que la magia del momento se elevara a la enésima potencia, que los sentimientos se multiplicaran por mil y que las palabras de nuestros allegados llegaran justo donde tenían que llegar, a lo más profundo del alma.

Después del sí quiero, de los abrazos, de más llantos y muchas enhorabuenas, tomamos el cóctel en el jardín, cenamos en el salón del hotel, bailamos, saltamos, reímos y volvimos a llorar.

Acabo con lo que decía que para mí y creo que para mi ahora mujer, creo que fue un día de esos en los que nuestro cuerpo destilaba felicidad y eso bien sea por un momento como la boda o cualquier otro hay que vivirlo.