La boda de Edu y Marta en León, León

Llegamos y estaban todos preparados para la entrada. Nos colocaron, y comenzamos a entrar en San Marcos. Se escuchaba a Maite y Judit, con esa elegancia que las caracteriza. La iglesia estaba maravillosamente decorada con los arreglos florales de Belladona, con los accesorios, colores y formas que habíamos pedido. Avanzó la misa muy rápida y tranquila de la mano del pater Don José Luís, y llegó nuestro momento musical. Tocamos "Somos novios", Edu al saxofón, yo a la flauta travesera, y Maite acompañándonos. Fue maravilloso y lo recordaremos siempre todos. Terminó la misa, y Rubén nos orientó cómo ponernos para sacar fotos con la familia y nosotros solos. Salimos de la misa, y después de notar cómo nos caía el arroz por dentro de la ropa, nos sacamos fotos con todos.

Después montamos en el coche, y marchamos a hacer el reportaje fotográfico con Rubén y su compañero. Nos guio muy bien para hacer unas fotos preciosas, dentro y fuera del coche, ya que Carlos nos dio todas las facilidades del mundo, incluso metiendo el coche por caminos (los mosquitos se pusieron las botas con mis pies) Fuimos a La Realeza, donde nos esperaban nuestros invitados. Seguimos sacando fotos con todos, mientras saludábamos y servían aperitivos y bebidas. Incluso los celíacos e intolerantes a la lactosa pudieron comer (incluida yo).

Entramos al salón con la música que habíamos elegido y fue muy divertido. Nos sentamos a cenar, y aunque estuvimos poco tiempo sentados, Eduardo, el jefe de sala, estuvo pendiente de que cenásemos y estuviese todo bien. Incluso nos preguntaron por la temperatura del salón. Cortamos la tarta, con todos sacando fotos, y entre ellos nuestros fotógrafos, que parecían ninjas metidos entre todos. Llegó el momento del baile, acompañado de la música que habíamos escogido (Waltz de la suite de jazz n2 de Schostakovitsch) y con ello comenzó la fiesta.

Pusimos barra libre, cosa que los invitados agradecieron, y Dulces Caprichos montó una espectacular mesa dulce, con empanadas, donuts, Lacasitos... Y opciones sin gluten. Todo estaba decorado a nuestro estilo y para nosotros, cosa que agradecemos enormemente. Terminó la fiesta agotando el tiempo máximo del restaurante (las 5 y pico de la mañana), y nos fuimos a Vanity, en León. A las 7:30 de la mañana, salimos del pub, y después de un café /chocolate, nos fuimos para el hotel NH de la Plaza Mayor. Allí nos esperaba una botella de champán. Después de descubrir que estábamos agotados y nos dolía todo, nos quitamos los trajes, cayendo arroz como para hacer una paella. Fue un día genial que sin duda repetiríamos.