La boda de Cristian y Magdalena en Barcelona, Barcelona
De noche Verano Dorado 3 profesionales
C&M
20 Ago, 2016El día de nuestra boda
Ese día me fui a arreglar a la casa de mi hermano. Tenía toda la tranquilidad y el espacio para mí. Llegaron la maquilladora y peluquera, comenzó todo el proceso. Gracias a ellas no estaba nada nerviosa. Más tarde llegó el fotógrafo e hicimos la sesión previa.
La casa de mi hermano está al lado de la Iglesia donde me casé, por lo que sabíamos que el matrimonio anterior aún no terminaba y ya era la hora de que comenzara el nuestro. El retraso fue de unos 20 minutos, pero al menos eso dio tiempo para asegurar que llegaran todos los invitados (incluida mi mamá que llegó atrasada a los matrimonios de mi hermana y el de mi hermano). Gracias al retraso, al mío no llegó tarde. Cuando me avisaron que ya había acabado, me preparaba para salir y subirme al auto (¡sí! anduve en auto como 20 metros sobre la vereda, para no llegar caminando de la casa de mi hermano a la iglesia). Cuando estaba por subir al auto, veo que justo iba llegando mi novio, espero que no me haya visto. Hasta el día de hoy no sé si me voy antes de entrar a la iglesia. Él estaba más nervioso que yo así que seguro no se dio ni cuenta de que yo iba a sus espaldas.
Seguir leyendo »Bueno, llegué a la Iglesia, y comenzó la música para ingresar. Mi papá estaba que lloraba y yo por poco lloré también, pero me hice la ruda y no lloré. En ese momento pensaba: "Magda, sonríe”. Así que comencé a sonreír (evitando llorar). Caminando por el pasillo podía ver la cara de nuestros invitados. Ya más cerca del altar me di cuenta que mi novio lloraba. Eso casi me hizo llorar nuevamente. Pero aguanté. Él estaba superemocionado y eso me encantó.
Comenzó la ceremonia y todo pasó muy rápido. No nos dimos ni cuenta y ya se había acabado todo, nos sacamos algunas fotos por el pasillo de vuelta y a la salida nos tiraron arroz. Me sorprendí porque se me había olvidado por completo el detalle de ver qué nos iban a tirar a la salida. Afortunadamente mi hermana atinó a preguntarle a mi mamá y al final le pidieron arroz a mi hermano, que lo fue a buscar a la casa (que fortuna vivir tan cerca de la iglesia).
Ya fuera de la iglesia nos fuimos a sacar fotos a algunos lugares típicos de Viña: El pensador de Rodin, playa y reloj de flores. Luego nos fuimos al centro de eventos. Al llegar todo precioso. Hacía un frio del terror y me hice la valiente y salí sin mi abrigo, hicimos el brindis en los jardines del centro de eventos. Nos aguanté el frío y pedí mi abrigo. Luego vinieron todos los abrazos, felicitaciones y llantos con la familia y amigos.
Pasamos a un salón para el cóctel, ahí pasamos el diaporama. Quedó excelente. Mi novio lo estuvo preparando la noche anterior. Literalmente sólo durmió 2 horas la noche antes del matrimonio, por lo que yo temía que tuviera pocas energías para la fiesta. Sin embargo no fue así.
Luego pasamos al salón donde estaban las mesas para la cena. Todo se veía precioso y la iluminación le daba un toque especial. Mientras todos pasaban a las mesas, nosotros salimos con la familia a hacer sesión de fotos. Nuevamente muertos de frio. Y comenzando la cena la cosa se calmó un poco, nosotros comimos tranquilamente y lo que me llamó la atención es que un tío y luego una tía, fueron a preguntar cuándo bailaríamos el vals de los novios. Yo les decía: "calma". Ellos no sabían que teníamos preparada una sorpresa....
Entrada, plato de fondo y luego el buffet de postres. Mientras todos comían pasamos mesa por mesa para sacar fotos con los invitados. Luego de eso desaparecimos y yo me fui a cambiar de vestido.... la sorpresa ya venía en camino. Salimos se apagaron las luces y comenzó la música. Con Cris bailamos una balada (Thinking out loud - ed sheeran), luego una salsa (ran kan kan - tito puente), y finalmente un hip hop (una versión acelerada de la canción work - rihanna). Todos reaccionaban a cada uno de nuestros pasos, así supimos que realmente fue buen show. Eso era lo que queríamos dar. No el típico vals.
Finalizado el baile se dio inicio a la fiesta y ahí comenzó el desorden. Bailamos con todos y se pasó espectacular. La noche pasó volando. Al día de hoy, aún no puedo creer que ya esté casada, que tantos meses de preparación y cotizaciones ya se hayan ido y no me di ni cuenta. Me quedo con lo positivo, lo pasamos espectacular y los invitados también así lo dijeron. Ahora, de vuelta en Barcelona, donde estamos viviendo ahora por estudios y trabajo, somos felices.
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