La boda de Carlos y Sonsoles en Toledo, Toledo

A las 12 en punto, llegamos a la Plaza del Ayuntamiento, nos bajamos del coche y entramos a la Catedral por la puerta del mollete o del Niño Perdido. Cruzamos el claustro y entramos en la capilla de San Pedro al tiempo que sonaba la Marcha Nupcial. La de la floristería lo había decorado genial, incluso me sorprendió poniéndome de regalo rosas iguales que las de mi ramo, ya que quería llevar algo de color rosa por el día del Cáncer de Mama, enfermedad que acababa de superar mi madre. Mi chico estaba esperándome en el altar, increíblemente guapo y elegante. Nos dimos un besito y comenzó la ceremonia, que fue preciosa. A todo el mundo le encantó.

Cuando terminó nos hicimos unas fotos y salimos por el mismo sitio que entramos, que nos esperaba una lluvia de arroz. Saludamos a los invitados y nos fuimos en el coche a hacernos fotos por el Valle, Puente San Martín, etc. Tanto mejoró el tiempo que, durante las fotos, nos molestaba el sol en los ojos.

Mientras, en nuestro restaurante, los invitados ya habían comenzado el cóctel en el jardín (a las 14 horas) y nosotros nos incorporamos los últimos 15-20 minutos. Hicimos una entrada informal y compartimos con nuestros invitados un ratito en el jardín. Después invitaron a la gente a que entrara en el salón (a las 15 horas) y ya después hicimos nuestra entrada con la canción "Ja Sei Namorar" (Tribalistas). Todo el mundo tenía en su plato la tarjeta de agradecimiento. A nosotros nos dieron a brindar con una copas grabadas con nuestros nombres y brillantes que nos habían regalado por sorpresa mis compañeros y amigos del trabajo. Cuando llegamos a la mesa teníamos una nota firmada por todos. ¡Qué sorpresa más bonita!

Comenzamos a comer la Mariscada, el pescado y el sorbete. Momento en que sonó la canción "Alegría" (del Circo del Sol) y nos levantamos a entregar los regalitos a las personas especiales. Primero le di una rosa preservada a mi dama de honor (mi prima pequeña), luego el ramo a mi abuela y por último una placa grabada en color a nuestros respectivos padres, donde sale una foto de su boda y la inscripción "El día (fecha de su boda) nació la familia … Hoy, 19 de octubre de 2013, formo mi propia familia. Gracias por todo, os quiere, vuestra hija Sonsoles". Se puso a llorar todo el mundo, aunque los papis y nosotros aguantamos como campeones.

Después comimos la carne y llegó la tarta mientras sonaba "Hasta mi final" (Il Divo). Cortamos la tarta, la comimos y pusieron la canción "Cumpleaños feliz" y le dimos regalo de cumpleaños a dos invitadas que cumplían ese día. Tomamos el café con las tejas de almendras, mis amigas me vinieron a cortar la liga y a mi chico sus amigos la corbata. Se repartieron los regalitos de mujeres, los alfileres, los de hombres y las chuches a los peques. Así aprovechábamos para saludar y hablar un poquito con la gente. Cuando pasó un rato, salimos del salón y bajamos a la discoteca, que la contratamos en exclusividad 3 horas de barra libre con recena, con posibilidad de añadir alguna más.

Nuestro primer baile fue el "Vals de Amelie" (en versión orquesta), que quedó precioso y original, ya que habíamos ensayado una coreografía con toques medievales. Después cuando iba a empezar el baile, llegó la gran sorpresa para mí. Mi tío y padrino me dirigió unas palabras para explicarme que había estado meses recopilando fotos de todos los familiares (incluso mi chico había colaborado) y me había hecho un vídeo. Me lo pusieron con un proyector y ahí ya no pude contener las lágrimas: ¡¡qué preciosidad!! Fotos de la historia de mi familia y de mi vida desde que nací, acompañada de la música que me encanta y el relato con la voz de mi dama de honor. ¡¡Increíble, sin palabras!!

Después de la emoción comenzó el baile y la barra libre. También comenzó el photocall, que lo montamos en el hall de entrada de la discoteca, para que la gente libremente pudiera acercarse a hacerse fotos. Fue muy divertido y dio mucho juego. Además de que el fondo era precioso, nos lo diseñó nuestro fotógrafo con una foto de la preboda.

Así, fue pasando la tarde y noche. El día se pasó volando, cuando te quieres dar cuenta ya ha pasado. Cuando volvíamos a casa empezó a llover otra vez. Por lo menos el día respetó la lluvia. Fue realmente inolvidable para nosotros y para nuestros invitados. Luego nos ha ido comentando la gente lo bien que estuvo todo, que no se podían dormir de las emociones vividas. Para nosotros también, no lo olvidaremos jamás.