La boda de Carlos y Esther en Santa Cruz De Tenerife, Santa Cruz de Tenerife
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C&E
19 Jul, 2019El día de nuestra boda
La boda la celebramos un viernes por la tarde/noche, eso hizo que tuviera todo el día para no tener que hacer las últimas cosas de prisa y corriendo. Toda la celebración fue en Finca Mackay en Tenerife, donde me peinaron y me maquillaron, con un momento mágico con cava y dulces. Mi futuro marido en otra habitación de la propia Finca, con lo cual estábamos allí juntos, pero separados, la verdad que casi sin ningún tipo de nervios.
Enseguida llegaron los fotógrafos y, como en un reportaje para revistas, nos comenzaron a fotografiar por separado. ¡Fue muy divertido! Comenzó a llegar la gente, se acercaba el momento de la celebración y mi futuro marido recepcionó a los invitados. En la Finca, prepararon un espacio precioso al aire libre para la ceremonia. Nuestra amiga más íntima fue la oficiante. Una ceremonia muy tierna, emotiva y alegre. Al ser una boda civil, elegimos ritual de las arenas, que quedó muy bonito.
A continuación, vino la sesión fotográfica en la propia Finca, pues da lugar a realizar fotos mágicas y divertidas. Enseguida estuvimos acompañando a nuestros invitados en el cocktail en otro lugar de la finca muy acogedor, en plan chill out y con una decoración personalizada. ¡Comimos, bebimos y más fotos! La cena se celebró en una carpa muy bien diseñada dentro de la propia finca, donde amenizamos la cena con regalos para algunos de los invitados más cercanos. Además, nos dirigimos a cada uno de los invitados, uno por uno, mostrándoles nuestros agradecimientos y unas palabras de nuestros sentimientos durante todos estos años, hacia ellos.
Seguir leyendo »Al final de la cena llegó el momento del baile. Muy ensayado, por supuesto. Habíamos elegido una bachata de Juan Luis Guerra y Fonsi. Todos nos felicitaron por el baile. A continuación, volvimos a la zona chill out, donde teníamos una mesa de dulces con la tarta, para proceder al corte y al lanzamiento del ramo. ¡Fue muy divertido! La música en toda la boda estuvo muy presente, nos llevó mucho tiempo elegir para cada momento que canción era la adecuada. Al final de todo, como no, un baile sorpresa para el novio bailado por mí y por mi hija de 18 años, que fue mi madrina. ¡Lo bordamos!
Para finalizar, todo el mundo a la discoteca de la Finca, a beber y bailar. Que no parara la fiesta. Un día fantástico, único, la verdad es que casi sin nervios y que nunca olvidaré.
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