La boda de Carlos y Bianca en Gandia, Valencia

El día de nuestra boda

Hasta el momento de entrar a la iglesia tranquilísima. No entendía por qué todo el mundo hablaba de nervios ya que no los sentí en ningún momento. De hecho la peluquera se sorprendió de verme tan tranquila. Ahora, al salir del coche sentía ganas de llorar sin saber porque, no sabía con qué mano coger el ramo, con cual a mi padre y qué hacer con la cola del vestido, la cual iba pisando constantemente por los nervios. A medida que me iba acercando al altar temblaba más y más y no era capaz de ver a la gente que había a mi alrededor del nervio que se me echó encima.

Fue maravilloso, vino gente de todas partes del mundo, familia y amigos de Rumanía, Francia, Italia Reino Unido y hasta Alemania. Carlos estaba perfecto, la camisa y el traje le quedaban impecables.

Fue un día increíble, la gente se sintió genial y nosotros también. El hecho de juntar a todas estas personas de sitios tan distintos y compartir este día con todos nos llenó de emoción, al igual que los discursos recibidos. Al finalizar la boda en apenas un par de horas salimos de luna de miel. ¡Un increíble crucero por el Caribe! De cuento, lo único mal es que acaba mucho antes de lo que todas (creo) esperamos.