La boda de Carlos y Ana en Madrid, Madrid
De noche Verano Azul 2 profesionales
El 11/06/2016 218 1 0
C&A
11 Jun, 2016
El día de nuestra boda
Nos casamos el día 11 de junio de 2016 en una iglesia del centro de Madrid. El día de la boda es un sin fin de emociones: nervios, alegría, nostalgia, diversión... Es difícil de controlar tantas cosas que pasan.
Lo que peor llevamos sin duda fue los nervios de los días previos a la boda. Fueron días interminables porque se juntaba la cercanía de la boda con los últimos preparativos, y a veces parecía que no te iba a dar tiempo a llegar con todo hecho, pero afortunadamente no fue así y todo salió estupendamente.
Hemos de decir que tuvimos mucha suerte con casi todos los proveedores que contratamos y, salvo con los que nos hicieron el traje y vestido de novios, con el resto muy bien y eso te facilita mucho las cosas.
El día de la boda en sí es un momento en el que de repente te encuentras con muchísima gente que aprecias y todos están ahí, concentrados, en un mismo sitio. En nuestro caso fue una boda pequeña de 80 invitados ya que quisimos que la gente que estuviese con nosotros fuese la gente más cercana, nada de invitaciones por compromiso, y la verdad es que fue todo un acierto. Es un día en el que puedes verte con gente muy querida pero que por circunstancias está lejos o los ves mucho menos de lo que te gustaría. Aun así la sensación que te queda al final del evento es que todo se pasa muy rápido y casi no te da tiempo a estar con cada uno de ellos, al menos no todo el tiempo que te gustaría.
Seguir leyendo »Nosotros por nuestras convicciones, nos casamos por la Iglesia y la verdad es que la ceremonia fue muy emotiva ya que en la parroquia que nos casamos fueron muy flexibles y nos permitieron ciertas licencias como por ejemplo elegir la música, decoración floral, etcétera, y eso la verdad es que te hace estar mucho más "a tu gusto".
La llegada a la boda fue un poco accidentada ya que por un lado el novio llegó más tarde de lo previsto (antes de la boda pero con menos tiempo del que había previsto) y la novia aunque llegó en tiempo y sin retrasos tuvo que esperar por un contratiempo en la entrada de la iglesia (una misa anterior se alargó más de la cuenta y se tuvo que retrasar un poco la entrada). En cualquier caso, incidencias sin importancia y fáciles de solucionar.
Ya en el restaurante fue todo rodado, todo salió muy bien y la gente se lo pasó fenomenal. El cóctel estuvo fantástico en una terraza al que acompañó una temperatura genial, la comida muy rica y abundante, la música y la barra libre también muy bien (el DJ nos había dejado seleccionar la música los días previos y eso se agradece mucho porque aseguras que a la gente la vaya a gustar la música que pongas).
Lo peor la resaca del día siguiente pero eso si se te cura rapidito en cuanto te montas en el avión para embarcarte en un viaje alucinante que en nuestro caso fue a Sri Lanka y Maldivas.
En definitiva, un día para recordar toda la vida. ¿Qué si volveríamos a repetirlo? Sin duda, sí, pero mejor sin los nervios.
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