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26 Sep, 2015El día de nuestra boda
El día de mi boda me levanté con antelación más que suficiente, pero no demasiada, pues el día anterior tuvo lugar mi accidentada despedida de soltero (se había pospuesto por imprevistos severos justo antes de su celebración la semana anterior).
Nuestra casa se llenó rápidamente de mucha gente, la familia que venía a buscarnos (yo iría con mi madre y Alexandra, cuya familia no pudo venir, con mi padre), con mi tía y su marido que iban a llevarla en su coche, la dama de honor a buscar el nuestro para poder volver con él, la fotógrafa para fotografiar el evento...
Hacia un día precioso, muy soleado y despejado. La ceremonia era al aire libre al mediodía-tarde (13:00 horas), asa que era una gran noticia. Lamentablemente mi testigo había metido la pata, pasándose de parada de tren, y había acabado en un pueblecito del Vallés. Después de mucho estrés y olvidarme el cinturón, conseguí resolver los problemas que se habían planteado esa mañana y llegar a un acuerdo sobre el punto de encuentro con el testigo, que no nos obligaba a desviarnos del camino.
Seguir leyendo »Una vez en el coche con el padrino (al que tuve que prestar ropa por algunos imprevistos) y mi madre, conduje yo porque conocía el camino bastante bien (había ido muchas veces para hacer preparativos, hablar con el restaurante, hacer la prueba de menú...), lamentablemente el GPS me llevó a la estación de tren de Montcada, donde recoger a mi testigo, dando una gran vuelta, totalmente innecesaria.
Finalmente, llegamos con algo de antelación, cuando me di cuenta que me había olvidado el cinturón. Saludé a todos los invitados personalmente, me hice unas fotos graciosas con las guapísimas invitadas y preparé el ordenador para conectarme en videoconferencia con mi suegra para que viera la boda en directo. Una sorpresa para mi mujer, para la que hizo falta comprar un repetidor wifi y configurarlo (cosa que nunca había hecho), porque hasta allí no llegaba conexión alguna, ni la de los teléfonos. La ceremonia y el banquete se hacían en el mismo restaurante, en la montaña, entre Badalona y Montcada.
Una vez todo dispuesto, la novia llegó y me fue entregada por mi padre, ella, guapísima y con un vestido increíble, casi lloró al ver a su madre en el ordenador. Seguidamente hicimos la ceremonia civil con nuestro actor, juntamente con la ceremonia de la arena. Hubo alguna broma (preparada) por parte del actor, como algunos momentos divertidos (no preparados), por nuestra parte.
Tras la ceremonia, en el banquete, dejamos una caja con papeles y bolígrafos para que los invitados que quisieran escribieran sus deseos, nos pareció mucho mejor que la ceremonia de la caja. Además, la boda fue muy divertida por muchos motivos y anécdotas, aunque también hubo algún desastre, pero sobre todo a causa de los juegos preparados por la dama de honor y la novia, que encantaron y divirtieron a todos los invitados.
Estamos muy agradecidos al Mirador Can Toy por su atención, su calidad y su profesionalidad con el poco tiempo de antelación con la que se organizó la boda. Fue un día maravilloso e inolvidable.
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