La boda de Andrés y Ana en El Vellon, Madrid

Acudí en el coche familiar junto con mis padres y hermana. Siempre tuve claro que ellos me acompañarían en mi último paseo de soltera, y así fue, entré en la finca del brazo de mi padre y la mano de mi madre, mi hermana nos abría paso. Andrés me esperaba en el altar, decorado con flores blancas en un pórtico de madera, y él estaba espectacular, vestido con un chaqué azul tinta, camisa blanca con su chaleco y corbata del mismo color, zapatos negros, con el reloj de cadena de mi abuelo paterno colocado en el bolsillo del chaleco y como detalle que le identificaba, unos gemelos en forma de balón antiguo, porque es entrenador de fútbol. El chaqué lo alquilamos en Sir Lucky. Mi vestido era del Atelier de Pronovias, silueta sirena, con escote barco y la espalda abotonada con escote en uve, el tejido un brocado de flores, la cola redonda de metro y medio, tenía dos pinzas laterales que daban un efecto espectacular al andar. Lo complementé con un velo con capelina, colocado en la parte superior y unos zapatos tipo salón abiertos y abrochados al tobillo, de color plata. Los pendientes dos perlas que me prestó mi tía, una pulsera regalo de una amiga y mi anillo de prometida. El ramo de flores fueron tres rosas blancas, por mis tres abuelos, acompañadas de paniculata.

La ceremonia fue civil, oficiada por una gran amiga, Cora, y acompañada por las palabras de nuestros amigos y hermanas. El resto del evento se desarrolló de manera correcta, cóctel y cena, gracias al equipo de profesionales de la finca, aún nos siguen felicitando los invitados por el trato recibido y la calidad de la comida. Nuestros amigos nos regalaron para la barra libre una barra de coctelería, fue un puntazo. Bailamos hasta que no pudimos más, ¡y yo no me bajé de mis zapatos!

Como regalo a los invitados, a las mujeres les regalé una rosa blanca natural como las de mi ramo, con un pequeño detalle, un trozo de tela de mi vestido atado a cada una de ellas. A los hombres no sabíamos qué regalarles, con lo cual decidimos donar la cantidad que íbamos a invertir en ellos a la fundación Johan Cruyff dedicada a la ayuda en el deporte a niños necesitados. Las fotografía y vídeo lo realizo un buen amigo, Mario. A los dos días nos fuimos de luna de miel, 15 días inolvidables a Bali y las Islas Gili. Gracias a bodas.net pudimos conseguir gran parte de nuestros proveedores, que con la suma de todos conseguimos que el día fuera mágico y especial en cada detalle. Un saludo muy especial, Ana y Andrés.