La boda de Alejandro y Almudena en El Puerto De Santa Maria, Cádiz
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A&A
29 Jun, 2019El día de nuestra boda
Aunque suene a topicazo, fue el día más feliz de mi vida. Mientras que me arreglaba en mi casa, estaba un poco nerviosa, porque no sabía cuál iba a ser mi reacción al ver a mi pareja esperándome al fondo del pasillo y si cuando me tocara decirle mis votos, como era de costumbre, me iba a poner sensible y a llorar.
Antes de que yo llegara, mi pareja hizo un monólogo (le encantan) con "recomendaciones" en la boda para los invitados. Era muy divertido, estaba nervioso pero lo hizo genial. Los invitados no se los esperaban y les ecantó. ¡Se rieron mucho! Cuando entré en los jardines y vi al fondo a todo el mundo allí de pie, esperando, me entraron mil de nervios. Pero cuando me iba acercando, más y más sonreía porque era lo que habíamos soñado mi pareja y yo de ese día, tener a todas las personas que tanto queremos y nos quieren juntos. Cuando llegué a él nos miramos sonriendo tanto que dolía la cara y hasta fuimos a darnos un beso. ¡Era inevitable! La ceremonia fue preciosa ya que era muy personal al oficiarla nuestra amiga que tanto significa para nosotros. Hablaron nuestros hermanos y dos de nuestros amigos. Sus palabras nos emocionaron y nos hicieron reir. Terminamos con el ritual de la arena, ya que nosotros no nos intercambiábamos anillos sino que nos lo habíamos tatuado. Para nosotros eso sí que es sellar nuestra unión.
Seguir leyendo »A partir de ahí, nos relajamos, ya solo quedaba disfrutar de cada momento y de todos los amigos y familia que querían vivir ese día con nosotros. Los aperitivos nos encantaron, ya que era un momento de libertad para ir de unos a otros, de fotos, de besos, ¡de risas! Luego durante la cena no nos quedábamos quietos. Nos llegaba un plato, comíamos y ya estábamos levantados visitando alguna mesa, queríamos estar con todos. Después del postre y cortar la tarta, comenzó la barra libre y la fiesta, ¡todos a la pista a bailar! Cuando ya todo el mundo estaba en la pista ya bailando y con su copita... empezó nuestra canción Querría de El Kanka, uno de nuestros artistas favoritos, ya que sus letras llenan.
¡Y a bailar y disfrutar! Llegó el momento de lanzar el ramo y fue muy divertido también. Yo no lancé el mío puesto que me lo había regalado mi amiga, pero tiré otro que fabricamos con las flores de decoración. ¡Muchos y muchas se quedaron con ganas y tuve que tirar hasta un segundo ramito! Otro momentazo de la barra libre es cuando sonó la canción Loca de Shakira y mi pareja salió a la pista con una careta de un tigre y se puso allí a bailar. Todos le hicieron un corrillo, fue una sorpresa y a los invitados les encantó.
Y la boda terminó, pero es un día que recordaremos toda nuestra vida. Fue tan especial... Sobre todo, nos reimos y el estilo de nuestra vida se plasmó en cada momento.
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