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Calidad del servicio
Valoración 2.0 de 5
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Tiempo de respuesta
Valoración 1.0 de 5
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Profesionalidad
Valoración 1.0 de 5
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Relación calidad/precio
Valoración 1.0 de 5
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Flexibilidad
Valoración 1.0 de 5
Arruinaron mi boda
La comida y el chef, T., son excelentes, así como las vistas. El chef se adaptó muy bien a menús sin gluten, vegetarianos, de embarazada... Estando igual de buenos que los demás. Y aquí acaba todo lo bueno. En el cóctel tuvo que llamarnos mi madre porque no les querían servir hasta que llegásemos, a pesar del calor, no les dejaban ni pedir en la barra. Según terminamos de comer nos querían meter en un apartado que parecía un almacén, alegando que tenían que preparar el restaurante para las cenas, siendo las 17 h. En el apartado, en el que desde luego no podíamos cumplir la distancia de seguridad, no podíamos oír música, a pesar de que nos hicieron llevar nuestro propio portátil para tal fin. Al quejarnos, con total educación, el metre se enfrentó con uno de los invitados y comenzaron a ignorarnos a todos. El conductor del autobús se fue sin avisarnos a los novios. Cuando finalmente llegó el dueño, A., a pesar de ver la situación ni se acercó, tuvimos que ir a exponerle la situación, yo ya al borde de las lágrimas y rápidamente se ofreció a llevarnos él donde nosotros quisiéramos. Prácticamente nos echó de nuestra boda, cuando teníamos hablada hasta la recena. La única explicación que encuentro es que tendría otros compromisos que le generaran más ingresos, pero era nuestra boda. No tengo palabras para expresar nuestra decepción y nuestra tristeza en un día tan especial y único.
La comida y el chef, T., son excelentes, así como las vistas. El chef se adaptó muy bien a menús sin gluten, vegetarianos, de embarazada... Estando igual de buenos que los demás. Y aquí acaba todo lo bueno. En el cóctel tuvo que llamarnos mi madre porque no les querían servir hasta que llegásemos, a pesar del calor, no les dejaban ni pedir en la barra. Según terminamos de comer nos querían meter en un apartado que parecía un almacén, alegando que tenían que preparar el restaurante para las cenas, siendo las 17 h. En el apartado, en el que desde luego no podíamos cumplir la distancia de seguridad, no podíamos oír música, a pesar de que nos hicieron llevar nuestro propio portátil para tal fin. Al quejarnos, con total educación, el metre se enfrentó con uno de los invitados y comenzaron a ignorarnos a todos. El conductor del autobús se fue sin avisarnos a los novios. Cuando finalmente llegó el dueño, A., a pesar de ver la situación ni se acercó, tuvimos que ir a exponerle la situación, yo ya al borde de las lágrimas y rápidamente se ofreció a llevarnos él donde nosotros quisiéramos. Prácticamente nos echó de nuestra boda, cuando teníamos hablada hasta la recena. La única explicación que encuentro es que tendría otros compromisos que le generaran más ingresos, pero era nuestra boda. No tengo palabras para expresar nuestra decepción y nuestra tristeza en un día tan especial y único.